El sospechoso nerviosismo de Armengol

La izquierda no deja de poner palos en las ruedas a la Misión Europea que debe investigar el escándalos de los abusos sexuales a menores tuteladas por el Consell de Mallorca. La última traba ha sido prohibirles utilizar las instalaciones del Parlament para llevar a cabo las entrevistas que deben ser la base de su trabajo. Empieza a oler mal. A oler muy mal.

¿Qué es lo que quiere ocultar a toda costa Armengol? ¿A quién o a quiénes pretende proteger? ¿Qué oscura y nauseabunda razón puede llevar a la presidenta del Govern balear a entorpecer una investigación ante la que no sólo debería colaborar, sino incluso brindarles la máxima ayuda posible, ya que se trata de un caso de abusos sexuales a menores? ¿Qué lleva a este gobierno que se declara «feminista» a luchar desesperadamente para evitar que se sepa la verdad?

Cada vez queda menos para el 12 de abril, fecha prevista para que comience la sesión de trabajo de la Misión Europea. Armengol y sus socios ya se han encargado de desprestigiarla antes de que ni siquiera ponga un pie en la isla, pero la verdad es muy tozuda y acabará imponiéndose al oscurantismo del Pacte. También se creía el PSOE en Andalucía al margen de la ley y acabó recibiendo la mayor condena por corrupción de la historia de la democracia española, y eso que sólo se rascó la superficie de un escándalo que sin duda era mucho más profundo.

Sucederá lo mismo en Mallorca. O será esta Misión Europea o será otra. Quizás haya que esperar a que cambie la legislatura y el socialismo sea despojado del poder. En cualquier caso es un simple cuestión de tiempo. Nada más que de tiempo. Y quizás luego, al final de todo, cuando se hayan depurado responsabilidades, sepamos por qué tenía tanto interés Francina Armengol en ocultarlo todo bajo la alfombra.