Opinión

Los socialistas se apropian de La Misericordia

Aragón vive un momento dorado, de máximo orgullo. Tienen –tenemos– dos jóvenes promesas en Zaragoza dispuestos a entregarse de lleno y pleno por ser figuras del toreo. No se recuerda en la región un respaldo tan mayoritario entre las generaciones del futuro a nuestra fiesta nacional.

¿Y ahora qué? Que los niños no son bienvenidos en la plaza de toros de la Misericordia para que proyecten sus sueños en el albero. La Diputación Provincial de Zaragoza en sus tiras y aflojas con las escuelas taurinas no da el ok para que puedan entrenar. En otras palabras, los socialistas –con Juan Antonio Sánchez Quero a la cabeza– se han apropiado de La Misericordia –su feudo– ¡y así llevamos desde 2015 con promesas vanas!

En 2023, cuando unos energúmenos agredieron a chavales de 15 años mientras entrenaban con sus capotes y muletas en el Parque Grande de la ciudad, se le pidió a nuestro gobernante provincial que dejara entrenar a la escuela taurina.

Han pasado dos años y nadie ha movido un dedo. El cierzo y la niebla, en la intemperie del frío raso, cuando el Moncayo esta nevado, también agrede al arte y duende, ese que han demostrado Aaron Palacio y Cristiano Torres que los aragoneses también tenemos.

A Sánchez Quero se lo pidió Jorge Azcón, cuando era alcalde. Se lo pidió también Natalia Chueca. Y Ahora lo implora Vox, a los que hay que reconocerles su influencia como socios de gobierno de la popular para que la tauromaquia sea atendida como se debe en los presupuestos para que los zaragozanos –que quieran– puedan conocer más este arte.

Y me pregunto qué más hay que hacer en esta puñetera ciudad para que la gente que tiene el mando en las instituciones deje de fastidiar a los ciudadanos por intereses que contravienen el servicio público. En el caso de la tauromaquia cuando precisamente hay más jóvenes que nunca que quieren probar qué se siente toreando.

A Mar de Nubes, fundada y dirigida por Miguel Cuartero, le debe mucho esta tierra. Como también a Pablo Alonso quien durante estos cuatro años como director de la Misericordia ha hecho que ir a los toros en Zaragoza sea guay e instagrameable –como lo es Las Ventas– junto al equipo de comunicación que ha formado –y del que se ha sabido rodear– para llegar a un público joven que ha encontrado en los toros un planazo con los amigos donde conocer qué es la vida, la muerte y la libertad.

¿Y ahora qué? ¿Otro curso más de escuela taurina al intemperie? ¿Por qué consiente esta situación la rama de los socialistas que encima se enfrentan a la troskista de Ernest Urtasun y ponen en circulación una revista taurina maravillosa?

Ya vale, ¿no?

La plaza no es de la Diputación. La Diputación se debe a la plaza y al aficionado. ¡Que dejen entrenar a los chavales de una puñetera vez en la Misericordia! ¡Pongamos fin a la arbitrariedad en el poder! ¡Cuidemos a nuestra cantera torera!