Opinión

La sectaria imbecilidad del Gobierno se ceba ahora con Castilla y León

La sectaria imbecilidad del Gobierno socialcomunista se ha cebado ahora con Castilla y León, comunidad gobernada por el PP que, con toda la lógica del mundo y en un intento de frenar la desatada expansión del virus, ha decidido adelantar el toque de queda a las 20 horas. Pues bien, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha decidido recurrir la medida ante el Tribunal Supremo al considerar que no está contemplada en el decreto del estado de alarma, que sólo facultaba a los gobiernos regionales a aplicar  el toque de queda entre las 22 horas y la medianoche y hasta entre las 5 y las 7 de la mañana.

Pretender combatir la expansión del virus con un decreto de hace cuatro meses, cuando la situación epidemiológica era distinta, es sencillamente surrealista. No tiene sentido que Castilla y León no pueda adelantar el toque de queda porque, según el Gobierno, la «ley no se lo permite». Y eso que ha dicho Ander Gil, portavoz del Grupo Socialista en el Senado, de que Castilla y León»ha abandonado la legalidad» tiene guasa: que un partido que se dispone a indultar a los golpistas catalanes que subvirtieron el orden constitucional para que Pedro Sánchez pueda seguir cómodamente en La Moncloa se permita el lujo de acusar al  Gobierno castellano leonés de saltarse la ley es de aurora boreal. En  lugar de chorradas, más le valdría a Ander Gil defender el marco constitucional y el Estado de Derecho en lugar de cogerse de la mano de proetarras y golpistas.

Lo de Sánchez y la pandemia es de una hipocresía insoportable: cerró Madrid porque, según afirmó, Díaz Ayuso no adoptaba las medidas necesarias para frenar la pandemia -cuando los datos epidemiológicos demostraban que las medidas del Gobierno regional estaban dando resultados- y ahora lleva a los tribunales a otra comunidad del PP por pretender ser más  restrictivo en las medidas. ¿En qué quedamos? Detrás del recurso gubernamental contra Castilla y León ante el Supremo late el mismo sectarismo que exhibió cuando decretó el estado de alarma en Madrid. El virus es una excusa. Lo único que buscan es utilizar la pandemia con fines partidistas para acabar con  los gobiernos autonómicos del PP.