Opinión

Sánchez abraza la ignominia de ERC y Bildu

Cualquier rastro de idealismo, de pensar en el interés general de España, desaparece desde el momento en que Pedro Sánchez culmine su plan de pactar con los golpistas de Esquerra y los proetarras de Bildu. Su estrategia muy probablemente dará resultado en términos de rentabilidad. Garantizar la abstención de estas dos formaciones, ambas de extrema izquierda, le permitirá presionar a Podemos con mayor eficacia. Excusamos señalar que el hecho en sí de la abstención en modo alguno servirá de coartada técnica para esgrimir que el PSOE no pacta con esta gente. El propio Otegi, en la infame entrevista de TVE, explicó que su horizonte es “no bloqueo, no cheques en blanco”.

Ya sabemos cuáles serán las tarifas que llevarán los cheques de ERC y de Bildu. En el caso de los independentistas catalanes, se está pactando una transformación de la Justicia para dar a los jueces de Cataluña más control sobre los presos. Y también se ha pactado ya la reforma de la Ley Orgánica General Penitenciaria con el fin de acelerar los beneficios penitenciarios. Esto significará un indulto de facto.

En lo que respecta a Bildu, su abstención –negociada de forma indirecta a través de sus contactos previos con ERC– tiene como precio el acercamiento de los presos etarras y la dotación de competencias plenas al País Vasco para acelerar la salida de las cárceles de los miembros de la banda terrorista. Están exigiendo, además, el respaldo a una norma navarra -el Mapa Local- que permitirá a los de Otegi tener un mayor control municipal por medio de una reforma administrativa de toda Navarra.

En resumen, Sánchez comienza a demostrar que tiene toda la intención de recoger la herencia ideológica de Zapatero, de proseguir el camino marcado por el presidente que arruinó España. Su pacto descarado con la extrema izquierda y los independentistas tiene como fin la exclusión de millones de españoles que no simpatizan con esta sensibilidad radical. Y, mientras tanto, la derecha española dividida y habitando, en porción no menor, en los cerros de Úbeda. Ver para creer.