Rubiales, Jenni, Tebas y Sánchez

Rubiales

Rubiales se ha plantado ante la Asamblea de la Federación de fútbol y metafóricamente, se ha apretado sus partes bajas con más fuerza que nunca para anunciar a gritos que no va a dimitir. Ha hecho igual que la ministra que ha soltado a cientos de violadores y la vicepresidenta del Gobierno que protegió a un pederasta, aferrarse a su cargo contra todos los que, a los tres, les exigimos su dimisión.

Dice que no dimite pese a que todos le critiquemos por la horrible imagen que dio agarrando su cabeza con las dos manos para plantar un beso en los morros de la futbolista Jenni Hermoso, unos minutos después de lucirse apretándose los testículos en un extraño gesto de celebración del resultado de la final del Mundial de fútbol femenino en el palco del estadio, apenas separado metro y medio de la Reina Letizia y la Infanta Sofía. Y lo que es aún peor, cuando esa misma noche el periodista Juanma Castaño le pide explicaciones en El Partidazo de Cope, responde: «No hagamos caso de los idiotas y de los estúpidos… no estamos para gilipolleces… ni me comentéis cosas de pringados que no saben ver lo positivo. Si hay tontos, que sigan con sus tonterías, pero no les hagamos caso… no estamos para tontos del culo», insultando a quienes le criticamos.

A ver quién se atreve a negar que este tío es un maleducado que avergüenza a cualquiera que piense que alguien así nos representa a todos los españoles en multitud de actos a los que acude como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Pero es que en su currículum hay mucho más que esta reciente polémica. Los escándalos le salpican desde que ocupara la presidencia de la RFEF a mediados de 2018, al mismo tiempo que Pedro Sánchez ganaba su moción de censura contra Mariano Rajoy. A Rubiales se le acusa de haberse repartido comisiones millonarias con el futbolista y empresario Gerard Piqué, por conseguir que la Supercopa de España se jugase en Arabia Saudita. Se han filtrado conversaciones privadas de WhatsApp en las que insulta a los clubes Villarreal, Sevilla FC y Valencia CF. Su propio tío denunció que con dinero de la Federación había pagado bacanales a lo Tito Berni en un chalé de Granada. Y muchas más.

Pero no se pueden analizar las polémicas que rodean a Luis Rubiales sin relacionarlas con dos datos fundamentales. En primer lugar, su estrechísima relación con el PSOE y con Pedro Sánchez. El hasta hoy presidente de la federación es hijo del socialista Luis Manuel Rubiales López, que fue alcalde de Motril y delegado de Empleo de la Junta de Andalucía, y al que la justicia procesó por estar implicado en el caso de los ERE. Por este motivo, a nadie extrañó que se publicaran tantos mensajes de WhatsApp entre Rubiales y Sánchez en los que le felicita por sus resultados electorales, sus apariciones en los medios y su gestión.

Tampoco se pueden entender del todo las polémicas que rodean a Rubiales sin mencionar su enfrentamiento con el presidente de la Liga, Javier Tebas. El conflicto entre la Liga, que representa a los clubes profesionales de fútbol, y la Federación, organismo rector del fútbol profesional y amateur, nace de lo que se ha dado en llamar la «guerra del fútbol», por el reparto de los derechos audiovisuales y la fijación de los horarios para sus retransmisiones televisivas. Los clubes profesionales, exceptuando al Real Madrid, apoyan mayoritariamente a la Liga de Tebas, pero todos los clubes pequeños están con la RFEF. Y por eso Luis Rubiales cuenta con el apoyo de 110 de los 140 miembros de la Asamblea de la RFEF, que ha convocado este viernes una Asamblea General Extraordinaria para escenificar su respaldo al que hasta hoy ha sido su presidente y en la que Rubiales ha aprovechado para anunciar que no va a dimitir.

Y ahora, sabiendo que Javier Tebas invierte cada año más de 35 millones de euros en publicidad en los medios, que está totalmente volcado en una guerra contra Luis Rubiales para intentar manejar a su antojo una Federación que mayoritariamente defiende a su presidente, quien tiene fuertes lazos con el PSOE y con Pedro Sánchez, podemos analizar el beso. En el vídeo se ve claramente como Jenni Hermoso palmea en la cintura a Luis Rubiales mientras este la besa y después se marcha sonriendo. Entrevistada esa misma noche por Juanma Castaño, la futbolista dice entre carcajadas que «a mí no me importa, yo soy campeona del mundo y eso es lo que me voy a llevar esta noche… a día de hoy todo va a estar mal visto por los ojos de quien lo mire y yo sólo puedo decir que ha sido el momento de la efusión, que no hay nada más allá y que se va a quedar en una anécdota y ya está, que la gente si le quiere dar bombo se lo va a dar y lo importante es que somos campeonas». Difícilmente nadie puede ver en Jenni a una mujer que se ha sentido agredida sexualmente.

Entre todos han conseguido que la presión haya sido enorme. La extrema izquierda encabezada por la ministra suelta violadores, Irene Montero, y la vicepresidenta que protegió a un pederasta, Yolanda Díaz, se ha lanzado a degüello contra Rubiales, así que la futbolista no ha tenido más remedio que seguirles la corriente para evitar que encima se revuelvan contra ella. Lamentablemente en el mundo del fútbol abundan los personajes como Rubiales, pero hay que recordar que no ha prosperado ninguna denuncia por las supuestas corrupciones de las que se le acusa y que en numerosas ocasiones se ha intentado desprestigiarle, utilizando todo tipo de técnicas mafiosas, entre las que ésta es sólo una más. Si como todos podemos ver, el beso fue consentido, no se puede consentir que la extrema izquierda neo feminista se cobre la cabeza de Rubiales de la mano de Javier Tebas y su influencia mediática.

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