Riesgo real de deriva comunista
A nadie se le oculta que, en medio de la crisis sanitaria y económica sin precedentes que atraviesa España, Podemos está aprovechando la situación para tratar de afianzar su posición en el Gobierno e imponer de forma gradual sus tesis puramente comunistas. Los últimos movimientos de la formación populista de ultraizquierda así lo demuestran. Bajo el argumento de que en las actuales circunstancias el Estado tiene que meter en cintura a las empresas, Pablo Iglesias pretende utilizar el momento para imponer un modelo totalitario en el que, como primer paso, se cercene la libertad empresarial y se establezca una estatalización del sistema productivo, primera fase de una estrategia de más hondo calado en el que todo y todos quedemos sometidos. El riesgo es real.
Podemos ha conseguido imponer sus tesis en aspectos muy concretos del plan de medidas económicas aprobado por el Gobierno socialcomunista. Si no lo ha hecho de todo es porque la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha conseguido en parte frenar la ofensiva. La situación dentro del Consejo de Ministros vive momentos de enorme tensión, hasta el punto de que, como informa OKDIARIO, la vicepresidenta se llegó a plantear la renuncia si Pedro Sánchez no intervenía para atemperar la posición de Podemos. El jefe del Ejecutivo prometió a Calviño que lo haría y le expresó su confianza en el trabajo que viene realizando como ministra de Economía.
Lo cierto es que Podemos ha colocado en la diana a la vicepresidenta, profesional que desde posiciones socialdemócratas ha venido manteniendo criterios ceñidos a la sensatez y la ortodoxia pata tratar de hacer frente a la crisis económica. Para Podemos, minar el posicionamiento de Calviño es esencial para su estrategia de intervencionismo extremo y no va a parar en su intento de desgastarla aprovechando la actual coyuntura. El problema es que la debilidad de Pedro Sánchez y sus infinitas ansias de poder no le permiten dar un golpe de autoridad y frenar la embestida totalitaria de la formación de Pablo Iglesias. Hay un riesgo real de deriva comunista.