Opinión

La revolucionaria propuesta de Casado

El fin de semana pasado, Pablo Casado, el presidente del PP, anunció una medida fiscal que supone una auténtica revolución a la hora de incentivar el ahorro para la jubilación. El “blindaje del ahorro para la jubilación” consiste tanto en ampliar la desgravación fiscal de la que ahora gozan los planes de pensiones a todos los productos en los que un contribuyente quiera ahorrar para su jubilación, como en el tratamiento tributario durante la vida del ahorro, como a la hora de rescatarlo.

Esta medida, que es novedosa, introduce múltiples beneficios. Entre ellos, y nada baladí, es que amplía la actual desgravación de los planes de pensiones a todo tipo de activo real o financiero, es decir, a cualquier producto de ahorro, entre ellos, el principal producto de ahorro de los españoles: la vivienda habitual. Eso sí, siempre que el ahorro en ellos se destine para la jubilación. Esto amplía el número de potenciales beneficiarios e incorpora como tales a quienes, con mucho esfuerzo por tener menos recursos, ahorran comprando su vivienda, que ahora podrán destinar también como ahorro para su jubilación con el disfrute del beneficio fiscal correspondiente.

De esta manera, muchos españoles que ahora no pueden desgravarse porque no tienen dinero sobrante para planes de pensiones tras pagar la hipoteca y sus gastos mensuales, podrán beneficiarse con esta medida de ese beneficio fiscal y podrán ahorrar para su futuro, al poder desgravarse por su hipoteca –y si ahora gozan de deducción por inversión en vivienda habitual podrán elegir a qué desgravación prefieren acogerse–. Es decir, que aquellas personas que tienen menos recursos y que sólo pueden ahorrar pagando su hipoteca, porque entre eso y los gastos mensuales no pueden destinar dinero a otros ahorros, con esta medida se beneficiarán de la desgravación fiscal de la que hasta ahora sólo pueden beneficiarse quienes tienen más recursos y pueden dedicar parte de ellos a un plan de pensiones. Es decir, además es una medida que incorpora la progresividad a lo que hasta ahora lindaba con lo casi regresivo, ya que ahora las personas con menos recursos sostienen con sus impuestos los beneficios fiscales de quienes se benefician por la desgravación por planes de pensiones, mientras que con esta medida también ellos podrán acogerse a los citados beneficios fiscales.

A lo largo de su vida hasta su jubilación, los ciudadanos podrán cambiar de tipo de producto de ahorro siempre que quieran dentro de ese blindaje fiscal, y podrán hacerlo sin tener que pagar impuestos por ello. Esto también dota de mayor libertad al ciudadano, pues va a ser soberano en todo momento para decidir en qué quiere ahorrar, sin estar coartada dicha libertad por la carga impositiva ligada al cambio de activo. La medida del PP elimina la tributación por cambio de activo siempre que dicho cambio se mantenga dentro del blindaje fiscal del ahorro para la jubilación.

Además, a la hora de rescatar ese ahorro cuando se jubilen, no tendrán que pagar ningún impuesto por ello, cosa que ahora no sucede. Con esto, se reconoce que el ahorro que todas las personas han conseguido reunir, con su esfuerzo y trabajo diario, levantándose cada mañana y sacando adelante a su familia, es de ellos y sólo de ellos, no de Hacienda, a la que ya han pagado sobradamente por la renta del trabajo a lo largo de su vida. Esto incrementa notablemente el complemento monetario para cuando las personas se jubilen. Todo ello, facilita el ahorro adicional a la pensión publica, sin detrimento de ésta, la cual seguirán cobrando fruto de sus derechos devengados a lo largo de toda la vida laboral vía cotizaciones a la Seguridad Social.

Esta medida, el blindaje fiscal del ahorro para la jubilación, constituye, por tanto, una importante medida de rebaja tributaria en España, que se enmarca dentro de la revolución fiscal propuesta por Casado, y que supone un impulso enorme para el ahorro que los españoles destinan a su jubilación y justo es, técnicamente, reconocerlo y felicitar, por ello, al presidente del PP.