Opinión

El PSOE rompe en pedazos la Macarena de Sevilla

Si el objetivo del Hermano Mayor de La Macarena de Sevilla, José Antonio Fernández Cabrero, era cargarse la Hermandad puede estar satisfecho: lo ha conseguido. Su decisión unilateral de hacer la exhumación de Queipo de Llano sin consultar siquiera a los hermanos de La Macarena cómo y cuándo  llevarla a cabo ha provocado una polémica sin precedentes. El número de bajas va en aumento a medida que pasan los días. Y es que muchos reprochan a Cabrero haberse movido por su propio interés para medrar dentro del PSOE y de utilizar la Hermandad con fines estrictamente políticos.

Esa instrumentalización partidista de La Macarena ha soliviantado los ánimos de un gran número de hermanos, hartos de que el máximo responsable de la institución se haya valido de su cargo para hacer méritos dentro del partido. Y es que las vinculaciones de Cabrero con el socialismo han alcanzado tal punto que cualquiera diría que quien manda en La Macarena de Sevilla es el PSOE. No es de extrañar, pues, la fuga de miembros y el polvorín en el que se ha convertido la institución. Es tanta la indignación que está previsto que a mediados de noviembre tenga lugar el Cabildo General Ordinario de Cuentas y, según aseguran fuentes de la Hermandad, la tensión será extrema. Como no podía ser de otra manera quien ha salido en defensa de Cabrero ha sido el PSOE, presto a celebrar su decisión de exhumar al «asesino del ‘padre de la Patria andaluza’», Blas Infante.

Parece obvio que la izquierda ha encontrado en la figura de Cabrero un instrumento esencial para lograr el golpe de efecto que pretendía y utilizar la ley de Memoria Democrática para consumar su objetivo de exhumar a Queipo de Llano de La Macarena. Objetivo cumplido, a costa de  romper en mil pedazos la hermandad de la Hermandad. Tal vez -no nos engañemos- ese fuera su principal propósito.