Opinión

El PSC debería apoyar la censura al ‘Le Pen español’

¿La moción de censura contra Quim Torra es oportunista? Sí. Ciudadanos se negó, tras ganar las autonómicas de 2017, a proponer un candidato a la investidura, lo que hubiera sido una gran oportunidad para confrontar proyectos, el constitucionalista y el secesionista, en el Parlament antes de que Torra hubiera tenido la opción de ser ‘president’. Y Cs ha tenido un buen número de oportunidades para presentar la censura durante toda la legislatura, dado que cuenta con los diputados necesarios, y ha esperado a pocas semanas de unas nuevas elecciones generales. Cuando Miquel Iceta dice que esta operación de la formación naranja llega en un momento en que las encuestas no le son favorables, y con una nueva jefa de filas, Lorena Roldán, que promocionar, tiene parte de razón.

¿La moción de censura contra Quim Torra es necesaria? Sí. Aunque llega tarde, es imprescindible. Ha de quedar claro que una parte importante de la cámara autonómica catalana censura a un ‘president’ que ha demostrado en varias ocasiones su desprecio hacia los millones de catalanes que no comparten sus ideas. Torra ha incitado a la violencia cuando pidió a los CDRs que “apretaran”, ha animado desde la institución que representa al Estado en Cataluña a la desobediencia a ese mismo Estado y, además, queda claro por su trayectoria política y social que defiende ideas supremacistas. Por higiene democrática hay que defender en el Parlament la urgencia de su destitución. Ciudadanos ha hecho lo correcto, lo haya hecho por conveniencia partidista o porque cree firmemente en la necesidad de presentarla.

¿La moción de censura es escoger entre Quim Torra y la democracia? Sí. Aunque PSC, Cs y PP puedan tener posturas muy diferentes en materia política, económica y social, y aunque a escasas semanas de unas elecciones generales la foto de los tres partidos votando lo mismo en el Parlament pueda parecer ‘inadecuada’ a algunos, en las circunstancias excepcionales que vive Cataluña, no se puede jugar a la equidistancia. La Guardia Civil ha desmontado el inicio de una estructura radical acusada de terrorismo, y Torra y sus aliados no solo no han denunciado la violencia de estos CDRs, sino que han iniciado una campaña de victimismo para hacer pasar una operación dirigida por la justicia democrática de nuestro país como un montaje.

¿Significa que el PSC ha de hacer seguidismo de Ciudadanos? En absoluto. Se puede votar a favor de una moción de censura contra el presidente autonómico más indigno desde la instauración de la Constitución y al mismo tiempo denunciar el oportunismo de esta acción. Miquel Iceta puede, desde la tribuna del Parlament, denunciar las contradicciones de la formación naranja, como ha perdido la oportunidad de liderar una alternativa constitucionalista tras ganar las autonómicas de 2017, y como se dedica a una política de mucha pirotecnia verbal y poco contenido. Y luego decir que Torra merece ser censurado, y que por responsabilidad democrática el PSC apoya la destitución del ‘president’.

¿Qué pierde el PSC poniéndose de perfil? Mucho. El abstenerse no significa estar por encima de unos y otros, porque consolida a Quim Torra, al romper la unidad del constitucionalismo frente a un personaje que incita a la desobediencia a nuestras leyes democráticas. Además, en clave socialista, no nos olvidemos que la “desobediencia” que predica es contra Pedro Sánchez, el todavía presidente del Gobierno. Y también hemos de recordar que el líder del PSOE es el que hizo la mejor, y más concisa, definición de lo que es el actual presidente de la Generalitat: “El Le Pen español”.

El PSC ha de escoger entre apoyar a Cs y PP, dos partidos alejados de su forma de entender la política, pero que respetan nuestras leyes y nuestra Constitución, o a un personaje al que el propio Pedro Sánchez puso en su sitio al definirlo como un ultraderechista puro y duro. Por cierto, Alejandro Fernández, el presidente del PPC, es el que ha tenido la postura más elegante en este sainete. Siendo el que más ha insistido en la moción de censura desde hace meses tiene claro que, al tener solo cuatro diputados en el Parlament por la pésima gestión del Gobierno Rajoy del desafío secesionista, ha de estar en un segundo plano, y apoya la iniciativa de Cs sin sobreactuaciones. Fernández puede resucitar al PP catalán, aunque entrevistas como la que Pablo Casado dio este domingo a La Vanguardia no le ayudan al echar agua al discurso firme y sin complejos que los populares defienden en Cataluña.