Protectorado de delincuentes
Duele decirlo, pero el Gobierno de Pedro Sánchez Castejón pasará a la historia por ser el único gobierno democrático que se ha convertido, por sus actos, en un protectorado para delincuentes de todo tipo y condición. Duele constatarlo porque estamos ante una realidad que no es ideológica, sino que supone un retroceso democrático que nos afecta a todos los españoles y a la solvencia y seguridad de nuestro país.
La deriva autoritaria del Gobierno presidido por Pedro Sánchez y su obsesión por imponer las reglas del juego sin encomendarse a otros que no sean sus cómplices para cometer todo tipo de atropellos, -que son quienes le hicieron presidente del Gobierno de España por ese estrecho margen que parece haberse olvidado: elegido en segunda votación, 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones- nos ha llevado a una situación en la que los delincuentes campan por sus anchas amparados o protegidos directamente por las leyes y los actos del caudillo Sánchez, ese hombre que dirige los destinos de España henchido de soberbia y ambición personal de poder, su única ideología.
Esta semana hemos vivido los últimos episodios de una de las mayores demostraciones de narcisismo y vanidad protagonizada por el caudillo del PSOE. Me refiero a su intento por bloquear una decisión empresarial, tan legítima como libre, de trasladar la sede social de una empresa española a otro país de la UE. Las amenazas, descalificaciones e improperios de todo el Gobierno (no sólo ni principalmente de los socios de coalición de Sánchez) contra una empresa y sus accionistas ha sido motivo de preocupación en las instituciones europeas y ha deparado a España la calificación de país poco seguro para la inversión. Así las cosas, aún hay quien se pregunta por qué se habrá metido Sánchez en esta batalla que tenía todos los visos de perder…
Hacerse esa pregunta es no conocer al personaje ni la pulsión que mueve todos sus actos. Un narcisista de libro como es él no puede aceptar que nadie – ni periodistas, ni políticos, ni empresario- actúe libremente, sin someterse a sus designios, sin pedirle permiso a él, un ser que fantasea con un poder ilimitado y que considera debe tener un status superior. Por eso, ha sido Sánchez quien ha liderado la descalificación y las amenazas a Ferrovial; por eso, no mide las consecuencias para España, que a él no le importan en absoluto. Sólo quiere que quede claro quién manda. Y si no lo ha conseguido a la primera, ojo, porque seguirá intentándolo. No olviden que la venganza ha sido una constante en toda su trayectoria.
Decía al inicio de este artículo que el Gobierno del caudillo Sánchez se ha convertido en un protectorado de delincuentes. Sólo tres ejemplos, también de esta semana. El Consejo General del Poder Judicial ha hecho públicos los números de los agresores sexuales, pederastas y violadores que hasta hoy se han visto beneficiados por la ley llamada del sólo sí es sí que Pedro Sánchez calificó en foros internacionales como un «hito histórico» y que sería copada por todo el mundo. Hito histórico, sí que es: gracias al Gobierno del caudillo Sánchez hay 943 agresores sexuales, condenados en firme, cuyas penas han sido rebajadas. De ellos, 103 ya han sido puestos en libertad. Y el listado no está completo, pues hay audiencias provinciales que aún no han volcado los datos. Esto que está ocurriendo no es consecuencia de la torpeza del Gobierno, sino un acto de complicidad que implica pura maldad.
Sánchez es consciente de que la ley en vigor se aplicará a los cuatro mil que ya están condenados, que eso no tiene arreglo posible y lo llevará toda la vida en su debe, que no en su conciencia, pues todo psicópata carece de ella. Pero también es consciente que los nuevos delincuentes sexuales, los que están actuando ahora mismo -los violadores de las dos niñas de Logroño, por ejemplo- serán juzgados por esta ley que él no quiere cambiar con la celeridad requerida. Él, que cambió el Código Penal en quince días para eliminar el delito de sedición (y favorecer así a sus socios golpistas, otros delincuentes bajo su amparo), y que también en quince días rebajó las penas por los delitos de malversación (o sea, por robar dinero público, para beneficiar no solo a los golpistas, sino a sus compañeros de partido) hace que duerma el sueño de los justos la propuesta de reforma que presentó su partido para engañar a quienes han de votar en las próximas elecciones.
También están bajo su amparo, con las rebajas de las condenas por malversación, quienes protegidos por las siglas de su partido han ido acumulando patrimonio y fincas mientras dirigían la Guardia Civil. Hay que odiar mucho a la Benemérita y tener una estrategia definida para cargarse a la institución para poner al frente de la misma a una mujer – otro «hito histórico»- que venía de hacer mítines mientras presuntamente hacía caja, junto a su marido con fondos procedentes de los parados de Andalucía.
Y el tercer ejemplo del protectorado ha tenido como escenario el Congreso de los Diputados, lugar en el que esa presidenta ungida directamente por Pedro Sánchez -novia de quien fuera Ministro de Justicia cuando se aprobó en el Consejo de Ministros la ley suelta violadores, magistrado hoy, por la gracia del caudillo, en el Tribunal Constitucional-, ha borrado los discos que recogían los contactos comerciales que realizaba el Tito Berni en sede parlamentaria. Que dice que lo ha hecho para proteger la intimidad…
Suma y sigue. Díganme ustedes si este hombre no pudre todo lo que toca.
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