Opinión

El presidente socialista del Júcar, como el que oye llover

El título de este editorial describe perfectamente la situación que se vivió en la Confederación Hidrográfica del Júcar el 29 de octubre de 2024, cuando la DANA devastó Valencia. Miguel Polo, presidente del organismo dependiente del Gobierno de Pedro Sánchez, no se dignó a coger el teléfono para advertir a la Generalitat Valenciana de la que se venía encima. O sea, que como quien oye llover, Polo entendió que la situación no merecía siquiera una llamada de alerta.

No lo dice OKDIARIO, sino el listado de llamadas telefónicas remitidas a la comisión de investigación de la DANA en las Cortes Valencianas este 1 de julio, dentro del informe elaborado por la Confederación. Lo curioso es que Polo sí habló hasta en dos ocasiones con la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, pero no efectuó ninguna llamada «relevante» a la Generalitat.

El presidente del organismo público carece de móvil corporativo y todas las llamadas efectuadas ese día fueron a través de su teléfono móvil personal. El informe es esclarecedor: Polo no efectuó en toda la tarde del día de la DANA, el 29 de octubre de 2024, una sola llamada por el barranco del Poyo, pese a que, según dicho informe, estuvo haciendo «el seguimiento de los ríos en los que estaba habiendo problemas», en referencia al Júcar, al Magro y Albaida. Se afirma que «recibió y realizó diversas llamadas con alcaldes y alcaldesas, con agentes medioambientales (AMA)» de la propia Confederación «así como con algunos vecinos de los pueblos» y hasta con el secretario de Estado de Medio Ambiente, pero en el extracto de llamadas no hay ninguna a la Generalitat Valenciana para dejar constancia de la gravedad que iba a adquiriendo la situación.

Llegados a este punto, cabe preguntarse, dadas las circunstancias, por qué el presidente del Júcar llamó a casi todos menos a quien tenía -por razones obvias- que llamar. ¿Se olvidó o fue un olvido intencionado?