Opinión

‘El País’ al servicio del agitprop

Uno de los elementales deberes de todo periodista es chequear la verosimilitud de los documentos que publica su medio antes de construir sobre ellos una noticia. A tenor del análisis del sindicato de la Unión Federal de Policía y de la asociación profesional Policía para el Siglo XXI, el informe policial de la Jefatura de Madrid del que se hace eco El País para acusar a Ciudadanos de las agresiones sufridas en la marcha del Orgullo del pasado sábado es un fake de principio a fin.

Veamos los principales motivos. En cuanto a forma, carece de la firma de responsable alguno, el sello oficial es ostentosamente incorrecto –falta nada menos que la preposición “de” en su encabezado– y no aparece por ningún lugar el logotipo oficial del 40 aniversario de la mujer policía, que en cambio sí debería incluir. A ello hay que añadir la tesis de fondo que sostiene dicho documento, cuando menos curiosa: los responsables de la agresión serían la comitiva de Ciudadanos por no abandonar la marcha cuando estaban siendo agredidos; es decir, estamos ante una inversión del más elemental sentido de la responsabilidad pericial para convertir a la víctima en culpable de la agresión. Es tal el cúmulo de incoherencias internas que el informe acumula que invitamos a los lectores, por pura diversión, a echarle un vistazo.

Si este documento fuese verdadero, el responsable policial de haber confeccionado semejante chapuza debería dimitir ipso facto. Y por ser un documento falso, con mayor motivo tendrían que exigirse dimisiones en los entornos policiales que han redactado para la ocasión tamaña mentira. Resulta evidente qué ha sucedido en realidad: desde los entornos del Ministerio de Interior han filtrado un documento falso a un medio absolutamente afín para, de este modo, tratar de justificar las agresiones a Ciudadanos, agresiones que –recordamos– fueron incentivadas por Fernando Grande-Marlaska, actual ministro de Interior. O dicho de otra forma: las cloacas de la Policía compadreando con las cloacas del periodismo para justificar a las cloacas de la política.  Ya sabíamos cómo se las gasta El País: es capaz de cualquier cosa para contentar a los gobiernos de turno, bien sean de Zapatero, de Pedro Sánchez o del mismísimo Felipe González.