Opinión

Oxfam Intermón, comunismo en vena

Este lunes, Oxfam Intermón hizo público uno de sus estudios sobre la desigualdad donde periódicamente rinde homenaje al comunismo. Una soflama igualitarista que nadie se preocupa de contrastar, pero que todos los medios de comunicación replican como si fuera palabra de Dios. Haré referencia a algunas de las frases que dice el citado informe. Por ejemplo, dice que en «España la riqueza y la pobreza se heredan, si una persona nace en una familia de ingresos altos ganará un 40% más que si crece en un núcleo familiar con renta baja». ¿De dónde sale este dato? No lo sabemos. ¿Con que otras variables se relaciona? En fin, es como una sentencia definitiva.

Luego, además, le ponen un poco más de emoción y dicen que la diferencia en la esperanza de vida entre los barrios más pobres o más ricos de ciudades como Barcelona llega, en el caso de la Ciudad Condal, a los 11 años y, en el caso de Madrid, a los 7 años. Creo que es una pésima noticia para los llamados ‘Ayuntamientos del cambio’ de la señora Colau y la señora Carmena.

Pero hagamos un poco de memoria. Según la ONU, España está entre los cuatro países con más esperanza de vida del mundo. Además, según un informe de la Universidad de Washington el 2040 será el año en el que España se convierta en el país más longevo del mundo. Sin embargo, para las mujeres y los hombres Oxfam Intermón en España hay barrios enteros con el mismo acceso al programa de protección público que el resto de barrios en los que la esperanza de vida, no es que descienda, es que se desploma a niveles como Sri Lanka, por poner un ejemplo.

También dice el estudio que esta alarmante crisis global de desigualdad –dice José María Vera, que es el director general de la institución en nuestros país– es el reflejo del fracaso del sistema económico actual. Acabáramos, aquí era donde ellos querían realmente llegar. Estos informes no son más que la actualización de la obra decimonónica de ‘El Capital’ de Karl Marx o, si quieren ustedes, la versión cutre de otra obra un poquito más sesuda y, por momentos indescifrable, del economista francés Thomas Piketty, uno de los autores de referencia de la izquierda económica mundial.  Las tesis del galo sostienen que las rentas del capital están creciendo a un ritmo mayor que el crecimiento global y, por tanto, que se están incrementando las desigualdades. La aplicación práctica y la ejecución política de sus tesis nos lleva a una sola conclusión: gravar, gravar y gravar.

Gravar las rentas de capital, la propiedad, las herencias, las plusvalías, es decir, crear un sistema fiscal confiscatorio donde se dañe irreversiblemente la iniciativa privada y en el que todo se iguale, pero por abajo. Más Estado, más intervención y menos libertad porque más impuestos es igual a menos inversión, menos empleo, menos crecimiento, menos riqueza y no sé, la verdad, si menos desigualdad.

No entraré a valorar lo que cualitativamente en daño y en dolor ha causado el comunismo allá donde se ha implantado, pero con respecto al informe hay que decir que ninguno de los datos que contiene en términos netos son ciertos. Pues según todos los organismos internacionales, en cuanto a renta, acceso a la educación o salud infantil, nunca la humanidad ha progresado tanto y al ritmo que lo está haciendo ahora.