Opinión

Oriente Próximo: un muy grave escenario de la actual Tercera Guerra Mundial

Por desgracia no nos equivocábamos la semana pasada al escribir que la Tercera Guerra Mundial no convencional ya había comenzado, tras la evolución de la guerra en Oriente Próximo. El calificarla de «no convencional» se deduce del propio texto en el que se trata de diferenciar esta Tercera Guerra de las dos anteriores, que fueron mundiales por los contendientes que integraban los respectivos bandos con estados de diversos continentes, y que disputaban un nuevo orden geopolítico mundial.

Así fue y la Primera -la comenzada en 1914 y acabada en 1918- acabó con los imperios que sobrevivían al Imperio católico español, que había sido derrotado durante el siglo XIX -que comenzó aprovechando la invasión napoleónica de España para imponer los principios de la Ilustración victoriosa en la Revolución francesa y que culminó en 1898 con la guerra comenzada por EEUU y con la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico-.

Sobrevivían el imperio católico de Austria-Hungría, el Imperio Zarista de Rusia, el primer Reich tras la guerra franco prusiana de 1871 y el Imperio Otomano. Fueron tres de ellos derrotados en los frentes de guerra -el zarista con las Revoluciones de marzo y octubre de 1917- y eliminados en los Tratados de Versalles de 1919, emergiendo el imperio político de EEUU, el imperio soviético de la URSS, el Tercer Reich alemán y el Imperio de Japón. Estos dos últimos serían eliminados con su derrota en la Segunda Guerra Mundial, que consolidó un orden global bipolar con EEUU y la URSS, liderando el mundo Occidental y el mundo marxista, respectivamente.

Ya sabemos que este orden bipolar, nacido en 1945, dio paso a uno hegemónico de EEUU tras la desaparición de la URSS el 8 de diciembre de 1991, y que China y Rusia han dado por finalizado en 2022 con el Tratado bilateral (e «histórico»), firmado en Pekín por Xi Jinping y Putin.

Para que no hubieran dudas respecto a la relación entre la invasión de Ucrania por Rusia y dicho Tratado, es sabido que comenzó inmediatamente después de regresar Putin a Moscú tras esa firma que declara su aspiración por un nuevo orden mundial «multipolar», cuyos «polos» son los BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. La guerra en Ucrania es, por tanto, un capítulo de esa Guerra Mundial a la que ha seguido la comenzada el 7 de octubre con el ataque terrorista de Hamás contra Israel. La de Ucrania es entre EEUU y Rusia, para establecer dónde acaba la zona de influencia respectiva en la Europa oriental. Y la de Oriente es para acabar con la hegemonía política ejercida por los estadounidenses en la zona, por medio de Israel.

Pretenden acabar con el orden global hegemónico de EEUU -al que no está dispuesto a renunciar pasivamente-, pero no puede ser derrotado con una guerra mundial «convencional» dado el armamento nuclear de unos y otros, que supondría una DMA (Destrucción Mutua Asegurada).

Pero que ese nuevo Orden no se decida como se decidió en Hiroshima y Nagasaki no anula en absoluto el riesgo de que un «error humano» la pueda desencadenar. Quien juega con fuego puede acabar quemándose, y actualmente el mundo está inmerso en una guerra multipolar que puede suponer una catástrofe de dimensión apocalíptica. Por si hubiera alguna duda al respecto, la evolución de la guerra desencadenada contra Israel ha pasado de tener su foco único en la franja de Gaza a tenerlo en el Líbano, con las organizaciones terroristas Hamás y Hezbolá -con estrechos vínculos con la República Islámica Iraní- como protagonistas respectivos sobre el terreno.

Debe destacarse el ataque lanzado contra Hezbolá con armas de guerra que acreditan la solvencia de la tecnología militar israelí y de la inteligencia del Mossad cuestionada por la presunta imprevisión ante el ataque terrorista del pasado 7 de octubre. Y también que Israel no parece estar dispuesto a dar por finalizada esta guerra sin eliminar a esas dos organizaciones terroristas que la amenazan a un extremo y otro de sus fronteras. Y que Irán ya es un polo de los BRICS. Oriente Próximo es ya un frente bélico de gravedad especial en esta Tercera Guerra Mundial.