Opinión
OPINIÓN

El Ministerio de Igualdad desproteje a la mujer trabajadora

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

El Ministerio de Igualdad ha vuelto a dar de que hablar por otro error a la hora de redactar una ley. En este caso, la ley orgánica de representación paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres, conocida como Ley de Paridad, expone a miles de personas a un despido. De todas ellas, más del 75% son mujeres. Así, el departamento que se supone que existe para procurar el bienestar del sexo femenino frente a un malvado patriarcado que las desdeña se ha convertido en su mayor enemigo.

El error se encuentra en la disposición final novena de la Ley, en la que se modifica el artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores, específicamente en el apartado referido a los despidos nulos.

La reforma de Ana Redondo olvidó incluir como nulos los despidos de aquellos que se habían pedido un permiso de cinco días por cuidado de un familiar tras un accidente, enfermedad grave u hospitalización, o a una adaptación de jornada.

Tal y como el Gobierno no se ha cansado de reiterar, la mayor parte de las personas que se acogen a este tipo de permisos son mujeres, algo que OKDIARIO ha demostrado al revisar los propios datos del Instituto de las Mujeres. Por tanto, el departamento que, según se supone, existe para proteger a las mujeres, ha acabado exponiendo a millones de ellas a un despido simplemente por no ser capaces de redactar una ley en condiciones.

Errores del Ministerio de Igualdad

Así, el Ministerio de Igualdad parece estar compuesto por niños jugando a ser legisladores, pues este no es el primer error garrafal que comete. Si nos remontamos a hace unos pocos años, la conocida como Ley del sólo sí es sí tuvo unos resultados desastrosos.

En aquella ocasión, decenas de agresores sexuales salieron a la calle de las cárceles o vieron como sus condenas se reducían. Esto no fue más que el resultado de intentar aplicar a la realidad unos ideales indefinidos que buscan objetivos abstractos y que sólo se traducen en gestos.

Gestos que pueden funcionar muy bien para contentar a un grupo de votantes concreto (y muy ideologizado), pero que se traducen en problemas para la sociedad y el bien común.

Ana Redondo, ministra de Igualdad. (EP).

Cuando la teoría se pone reiteradas veces en práctica y siempre acaba mal, igual hay que revisarla y reformularla. Algo que sucede en numerosas ocasiones en la economía. Pensar en grandes fórmulas y modelos inmutables como forma de hacer política económica ha sido siempre la raíz de todos los problemas y crisis.

Ese pensamiento inamovible e idealista que no ve a la sociedad como algo holístico, dinámico o multivariable ha sido siempre la estaca que los gobernantes ambiciosos han utilizado indiscriminadamente contra los pueblos.  Esto es sólo un ejemplo más.

En la economía nos dicen que hay que regular los precios, poner topes, limitar la actividad empresarial… Y el Ministerio de Igualdad asegura que hay que intervenir para que la plantilla cumpla con una fórmula matemática que determina qué tipo de personas hay que tener en cada lugar. ¿El resultado? Las mujeres que cuidan de sus familiares, a la calle.

Y si no va a haber una sangría de despidos, no será más que porque los empresarios de este país son más responsables que los políticos. Desde luego, han demostrado en numerosas ocasiones que luchan más por el bien común que los dirigentes. Si no fuera por ellos y dependiéramos del Ministerio de Igualdad, mañana otro colectivo vulnerable se volvería a encontrar en problemas por no ser capaces de redactar bien una ley.

¿Seguirá Ana Redondo a la cabeza del Ministerio? No lo duden. En este país tiene que pasar algo mucho más grave para que un político dimita. Vamos, que seguiremos estando expuestos a otras meteduras de pata mientras no nos dejen de gobernar niños jugando a ser legisladores.