Opinión

Lo del Barça y Negreira apesta

Una prueba más de que el Barça contrató al número dos del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, para garantizarse el favor de los colegiados es que el ex árbitro y su hijo facturaban durante los meses de verano al FC Barcelona cantidades aproximadas a los 100.000 euros por sus supuestos trabajos de asesoramiento y análisis arbitrales. Trabajos que, sin embargo, son imposibles de acreditar con informes porque en esos meses no había Liga y ni siquiera partidos amistosos o promocionales (por los que también  facturaron al club catalán). Es muy extraño que si no había partido alguno que analizar ante la ausencia de competición, los Negreira -padre e hijo- siguieran facturando. El 22 de mayo de 2016, el FC Barcelona disputó la final de la Copa del Rey contra el Sevilla. Ganó el partido por 2-0, dando por cerrada la temporada. La Liga, de la que salió campeón ese año, había terminado unos días antes. Todos se fueron de vacaciones, pero el parón de dos meses sin partidos del Barça no impidió que la maquinaria de facturación de los Negreira siguiese operativa. Exactamente se embolsaron dos facturas correspondientes a los meses de junio y julio por valor de 59.315 y 47.453 euros respectivamente.

En total, más de 106.000 euros. Nada mal por estar de brazos cruzados. Y no podía tratarse, en ningún caso, de análisis de partidos de la Eurocopa, porque esos se facturaban aparte, dentro del concepto «Grabación de partidos y visionado de Selección España y otras. Eurocopa». Por eso, facturaron otros 90.750 euros para cubrir gastos de «viajes, estancias y dietas». Conclusión: que hay un alud de indicios que demuestran que lo de los Negreira con el Barça era lo que era: pagos millonarios con el fin de que los árbitros trataran al club azulgrana con especial mimo y deferencia. Y eso, en castellano tiene un nombre: apaño. Lo demás, informes, análisis, visionados de partidos y demás monsergas, no son más que una burda excusa.