Opinión

Los independentistas comienzan a pasar la factura

Pedro Sánchez comienza a pagar la factura por el apoyo Frankenstein que recibió en la moción de censura contra Mariano Rajoy. Aún enfrascados en los nombramientos, el Gobierno que ha confeccionado no ha tenido tiempo siquiera de ejercer sus funciones ejecutivas cuando ya ha concedido la primera prebenda a los independentistas catalanes. El contexto de tensión propiciado por el xenófobo Quim Torra aconseja mantener el 155 hasta que la seguridad jurídica esté plenamente garantizada. Más, si cabe, cuando las empresas siguen abandonando la comunidad autónoma para poner a salvo sus negocios. No obstante, lejos de asentar primero el constitucionalismo y después establecer el diálogo, Sánchez ha decido levantar el control de las cuentas por parte del Ministerio de Hacienda a la Generalitat. Esta concesión se produce horas después de que el Govern haya inyectado 20 millones de euros adicionales a la televisión golpista TV3.

A pesar de que siempre ha estado extremadamente politizada, la cadena pública de la región ha estado vampirizada con especial intensidad desde el golpe de Estado del pasado 1 de octubre. El medio que dirige Vicent Sanchis ha sido el gran altavoz de la ilegalidad para los separatistas. En sus programas se han dado esperpentos como la quema de una Constitución, los insultos a España o el enaltecimiento de los propios golpistas. El recién estrenado Gobierno de España, lejos de intervenirla como aconseja la ley y el sentido común, ha levantado el control al uso del dinero de sus principales financiadores. Una medida que parece un pago por el apoyo a la moción de censura contra Mariano Rajoy. Esta es una de las consecuencias de que Sánchez trate de desarrollar la actividad gubernamental con sólo 84 diputados. Se ve obligado a unas cesiones nada aconsejables dado el día a día de inestabilidad que carcome Cataluña.

El presidente del Gobierno no sólo debería seguir controlando las cuentas públicas catalanas, sino que ha de mantener una especial vigilancia sobre otros asuntos tan importantes como la gestión de los Mossos o la intervención de la propia TV3. Donde la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, ve «normalidad política» sólo hay cesiones a los que violan esa «normalidad» jornada tras jornada. Ni Quim Torra ni otros adláteres del golpista huido Carles Puigdemont como puede ser Elsa Artadi han renunciado en ningún momento a perseverar en el golpismo. Dejar de vigilar el manejo del dinero que reciben por parte de todos los españoles es una irresponsabilidad que puede conllevar que utilicen estos fondos para fortalecer su deriva. La Guardia Civil ya ha alertado en varios informes de la malversación de la Generalitat durante el 1-O. El Govern que hay ahora en vigor es más de lo mismo. Tanto a España como a Sánchez les irá muy mal si el Gobierno comienza a hacer regalos tan pronto y en cuestiones tan claves.