Opinión

Iglesias, su tía Paloma, el tesorero y un halo de sospecha

Qué casualidad: la tía de Pablo Iglesias que se endosó 72.600 euros de comisión por gestionar la compra de la nueva sede de Podemos también participó en la compra del chalet del líder morado e Irene Montero en Galapagar. El nombre de la agente inmobiliaria, Paloma Pérez-Marín Turrión, pasó desapercibido cuando la pareja gubernamental denunció a OKDIARIO ante la Agencia de Protección de Datos por desvelar que se habían comprado un chalet con piscina en la urbanización de La Navata. La denuncia, por supuesto, fue archivada al comprobarse la veracidad de la información y constatarse que afectaba a personajes con relevancia social. En su escrito ante la Agencia de Protección de Datos, Iglesias y Montero argumentaban que «sólo ellos, sus familiares, sus asesores, los vendedores, la notaría, la entidad bancaria que otorgó el préstamo hipotecario, la agencia que tenía a la venta el chalé (Grupo Inmobiliario M&G) y la agente de la propiedad Paloma Pérez-Marín Turrión  conocían la fecha en la que se iba a producir la firma de la hipoteca». Y el tesorero de Podemos.

Ha sido ahora, al desvelar  OKDIARIO  que la tía del vicepresidente segundo del Gobierno cobró una comisión por intermediar en la compra de la sede de Podemos -que se trató de ocultar para no dejar rastro en el partido-, cuando el nombre de Paloma Pérez-Marín Turrión adquiere una relevancia especial. Como hemos informado, Iglesias urdió un plan, a instancias del tesorero del partido, para ocultar el pago de 72.600 euros a su tía: se giró un cheque con esa cantidad a la  empresa vendedora de la sede y después la sociedad Transhotel abonó idéntica cantidad a la agente inmobiliaria familiar del líder podemita. Raro, raro, raro.

Será ahora la Justicia quien determine el papel de cada cual y si las sospechas del demandante guardan relación con alguna presunta actuación ilícita por parte de Iglesias utilizando a Podemos en la operación de compra de su casoplón. Lo cierto es que la tía de Iglesias y el tesorero del partido participaron en la compra-venta de la sede y en la compra-venta del chalet. Qué casualidad.