Opinión

Iglesias plagia al asesino Fidel Castro: sólo le faltó el chándal

Lo mínimo que se le puede pedir a alguien que presume de comunismo es que, al menos, adapte el lenguaje al nuevo escenario y no repita lo mismo que el dinosaurio comunista Fidel Castro dijo hace casi 60 años. No por nada, sino porque los tiempos han cambiado y el contexto es distinto. Plagiar al asesino Fidel Castro a estas alturas demuestra que el pensamiento totalitario del dictador comunista cubano permanece vivo en el ideario de Iglesias y unos cuantos nostálgicos, incapaces de entender que la política obliga a adaptar el mensaje a la nueva realidad. Si todo lo que tiene que ofrecer Iglesias es más de lo mismo, habrá que convenir que su pensamiento está más apolillado que el chándal del difunto dictador cubano.

En su interpelación de la diputada de Vox María Ruíz sobre la deficiente gestión del Ejecutivo en las residencia de mayores —competencia de Iglesias en el mando único de la crisis del coronavirus—, el líder de Podemos mostró su perfil más iracundo, calificándola de «miserable» y «parásito» y extendiendo tales insultos al resto de la bancada de Vox y sus votantes. Lo de los gusanos y los parásitos son conceptos que los dictadores comunistas gustan de manejar, tal vez porque nadie como ellos conozca el paño de lo rastrero. En ese ambiente, en la inmundicia, la extrema izquierda totalitaria se mueve como pez en el agua.

Por otra parte, que Iglesias copie a Castro -asesino de homosexuales, por cierto- no es ninguna novedad. Al fin y al cabo, los nuevos totalitarios beben de las fuentes del viejo totalitarismo, pero sorprende que el líder de Podemos, responsable en el Gobierno de la Agenda 2030, exhiba la Agenda 1960, año del famoso discurso del dictador comunista cubano.

En suma, que alguien que se presenta como el líder de una fuerza supuestamente transformadora y proyectada al futuro, actúa como un viejo carcamal y repite como un papagayo los mismos conceptos que en 1960 ya estaban pasados de moda. Que le seduzca Fidel Castro es natural, pero que clone sus proclamas revela hasta qué punto Pablo Iglesias necesita un estilista. A esto paso, ya lo verán, terminará por dar sus insoportables discursos en  chándal.