Opinión

«Hasta aquí»

Mientras comparecía Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados para dar cuentas de su radical cambio de posición en relación con el Sáhara, el presidente argelino reunió al Consejo Supremo de Seguridad “para evaluar la situación general del país”. Tras escuchar al impostor español jactándose en sede parlamentaria de su decisión unilateral –no comunicada ni al jefe del Estado, ni al Parlamento, ni a su propio Consejo de Ministros- de saltarse las resoluciones de Naciones Unidas y reconocer a Marruecos su soberanía sobre el Sáhara, Argelia anunció su decisión de “suspender el tratado de amistad, buena vecindad y cooperación con España”.

En el comunicado emitido por la Jefatura del Estado argelino se decía expresamente: “Hasta aquí el desarrollo de las relaciones entre los dos países”.  “Hasta aquí” con este tipo tan poco fiable; “hasta aquí” con un gobierno que parece no entender que  “la amistad, buena vecindad y cooperación” entre dos países requieren de respeto mutuo; “hasta aquí” con un gobierno que decide entregar lo que no es suyo y lo que Naciones Unidas niega a un país que es enemigo de aquel con el que supuestamente mantiene relaciones de cooperación y amistad. “Hasta aquí”. Las cursivas son mías; el resto es literal.

Tanto el impostor como sus ministros se enteraron por la prensa -a la vez que el resto de los españoles- de la decisión tomada por Argelia tras escuchar a Sánchez regodeándose por haber entregado el Sáhara a Marruecos.  Es una “jugada maestra”, dijeron algunos de los voceros del impostor cuando este rompió el consenso internacional en la materia. Ya ven, una “jugada maestra” que no solo tendrá consecuencias en la esfera internacional (quién se va a fiar de un socio que cambia de posición de forma unilateral en materia tan sensible) sino que ya las ha tenido en las relaciones bilaterales entre España y el país que es nuestro proveedor más importante de gas (el 47%) y al que exportamos productos que alcanzan cifras del orden de los 2000 millones de euros al año. Y, por si fuera poco,   una “jugada maestra” que ya le está generando un conflicto al conjunto de la UE.

Como la práctica habitual de Sánchez es no asumir ninguna responsabilidad por las consecuencias de sus actos, mandó a su ministro de exteriores a Bruselas para que llorara un rato y avisara a los ministros de la UE de lo que le ocurriría a Europa si no arreglaban el desaguisado que su señorito había organizado. Por supuesto, cero autocrítica sobre la decisión tomada por el impostor y que estaba en el origen de la respuesta de Argelia. Fronteras, seguridad internacional, inmigración descontrolada, problemas complementarios en el suministro de gas… fueron algunos de los malos augurios con los que el mandado Albares buscó la reacción cómplice de la UE.

Y cuando el ministro europeo de Comercio, junto con Borrell (el “nuestro”), anunció que decisión de Argelia afectaba a toda la UE, Albares salió pomposo ante los medios de comunicación a explicar que Europa respaldaba al Gobierno español, y que era la hora de comportarse no como gobierno y oposición sino como “España…”. Y como en la carta que mandó su señorito al de Marruecos entregándole el Sáhara, vuelve a confundir a España con “su persona”…  ¡Qué horror!

Lanzada ya la campaña de propaganda (“Europa nos apoya, Argelia recula…”) en todos sus medios afines, le tocó el turno de hablar al impostor. Y de mitin ante militantes socialistas andaluces -que habían sido movilizados con viaje, paella y cervezas gratis-, anunció su “éxito” en Europa y echó la culpa de los problemas–faltaría más- al Partido Popular.

Pero antes de que finalizará la gira del impostor por la tierra que será el sepulcro del PSOE, Argelia emitió un nuevo comunicado en el que instaba a la UE a no entrometerse en un asunto que calificó como un “desacuerdo político” con Madrid y que desvinculó de sus compromisos comerciales con la UE. En este nuevo y duro mensaje oficial, el Ministro de Exteriores de Argelia califica la posición de la UE como una “intrusión desafortunada”  que atribuye al enredo de “una personalidad claramente empeñada en amplificar las tesis de su diplomacia nacional en detrimento de la preservación de los intereses de la UE”. En esta comunicación, Argelia distingue al Gobierno español del resto y reafirma su compromiso de respetar los acuerdos con la UE donde, recuerda, “Argelia tiene el honor de tener muchos amigos y socios fiables y responsables”. Y acusa al gobierno español de romper unilateralmente el Tratado dado que “ha dejado de lado las obligaciones y valores esenciales consagrados en el Tratado de Amistad, asumiendo así la responsabilidad de vaciar ese instrumento jurídico en su sustancia”.

Hasta aquí el somero y fiel relato de los hechos. Para nuestra vergüenza y desgracia, es imposible no ser consciente –salvo que seas de los de la paella y cerveza gratis- de que Sánchez ha convertido a España en un país irrelevante  y poco fiable en la esfera internacional. Un país que crea problemas y no resuelve ninguno, ni dentro ni fuera de las propias fronteras nacionales. Un país con el que ningún servicio de seguridad quiere ya compartir información.

Va siendo hora de que la mayoría de españoles le digamos alto y claro a Sánchez y a su tropa- incluidos los que gritan “Franco” para pedir el voto a “la izquierda”- que  “Hasta aquí hemos llegado”. Como me decía hace unos días un amigo, castellano y socialista clásico, es él o cuarenta y siete millones de españoles. Así de claro.