Un gasto público insufrible

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Pese a lo que sostiene y pregona el sector comunista del Gobierno, España no tiene grosso modo un problema de ingresos; no. Tiene un problema de gasto, un gasto insufrible, valdío, inoperante. Cada día que pasa el agujero del Estado es cada vez mayor (200 millones de euros diarios) y no parece que al Gobierno le inquiete mucho pese a los avisos que le llegan desde la Unión Europea.

Resulta especialmente llamativa la vida bokassiana que se pegan algunos miembros del Ejecutivo, empezando por el señor Sánchez y terminando en la vicepresidenta comunistoide Díaz. Van de progres, de solidarios, y no perdonan una. Todo lo que no sea falcon diario es perder la jornada.

El gasto improductivo podría ahorrar al erario público 150.000 millones al año, dinero que se podría invertir en cosas serias y que lleguen a las necesidades de la gente. Esta izquierda manirrota y gastadora se ha hecho una composición de lugar: «Nosotros a comer a dos carrillos, que luego llegará la derecha y pondrá orden en las cuentas, lo que nos permitirá de nuevo acariciar el poder tras los ajustes que serán inevitables».

¡Ya hemos visto antes esta película! A la señora Von der Leyen, la jefa del Ejecutivo comunitario, se le reprocha precisamente que no haya sido capaz de meter en cintura a su amigo Sánchez. Da la impresión de que ese tiempo ya pasó. No se puede estar permanentemente gastando lo que no se tiene, so pena de entrar en quiebra, que es lo que le sucederá a España si no pone coto a una deriva insostenible. Dejar un marronazo en forma de deuda pública a las nuevas generaciones no es precisamente un buen ejemplo de ser ni responsables ni «progresistas». En los seis años que Pedro Sánchez lleva en el poder ha aumentado el agujero de esa deuda casi en 500.000 millones de euros, aun aumentando de forma exponencial todos los impuestos y tasas.

Prueba de ello es que un 63% de los españoles consultados (no por Tezanos, obviamente) le consideran un pésimo gestor y un irresponsable a la hora de enfrentarse a los asuntos de comer.

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