Garzón sale en auxilio de Sánchez para lograr la exhumación de Franco

Insaquible en su idea de utilizar la exhumación de Francisco Franco como permanente reclamo electoral, el Gobierno de Pedro Sánchez ha contado con la inestimable ayuda del juez Garzón para intensificar su estrategia de presiones a la Iglesia para que acepte sacar los restos mortales del dictador del Valle de los Caídos y su posterior inhumación en el cementerio de El Pardo en lugar de en La Almudena, que es donde desea la familia.

Como informa OKDIARIO, Garzón ha mantenido conversaciones con representantes de la Iglesia en Madrid y, en concreto, con el arzobispo Carlos Osoro para intentar que medie a favor de las pretensiones del Ejecutivo socialista. No es la primera vez que el Gobierno presiona a la Iglesia, pues la mismísima vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, viajó al Vaticano con el propósito de conseguir que el propio Papa asumiese la potestad de los monjes sobre la cripta donde está la tumba de Franco y concediese el permiso para que los restos mortales del dictador fuesen destinados al lugar donde pretende el Gobierno que sea inhumado.

Que Garzón entre en escena se enmarca en esa estrategia de acoso, utilizando todos los resortes y medios a su alcance, para que las autoridades eclesiásticas abandonen su postura de neutralidad en un asunto en el que la Iglesia ha dejado clara su intención de no inmiscuirse ni actuar al servicio de los interese políticos del presidente en funciones.

A la espera de que se pronuncie el Tribunal Supremo, Franco ha vuelto a convertirse en una obsesión para un Ejecutivo que no se mueve por ideales de justicia, sino por obtener un rédito partidista. Las cosas se le han complicado mucho en los últimos meses, Franco sigue en el Valle de los Caídos y Sánchez necesita generar tensión removiendo un asunto en el que el último en echarle un cable ha sido Baltasar Garzón. Raro es que no estuviera en el ajo.