Opinión

García-Page, ‘the big pretender’

Le queda grande la canción de los Platters. Demasiado poética para el gran fingidor e impostor que es él. Quizá le encaja mejor la más sarcástica de La Lupe: «Igual que en un escenario, finges tu dolor barato. Tu drama no es necesario, ya conozco ese teatro». Fingidor. Pretender. El presidente de Castilla–La Mancha y secretario general del PSOE en esta región, Emiliano García-Page, ha advertido a Pedro Sánchez que «el acuerdo con ERC no me representa y espero que el PSOE no lo tolere, yo no lo puedo tolerar». Y en su cuenta de X ha exclamado: «A estas horas de la noche, el atronador silencio ante el grave atentado a la igualdad anunciado por ERC me tiene perplejo. O es un asentimiento intolerable, o un sentimiento de estupefacción como la que tenemos la inmensa mayoría de los españoles».

Estupefactos lo estamos nosotros, oiga. Con Pedro Sánchez, y también con las previsibles declaraciones de usted, Sr. presidente de Castilla-La Mancha. Y nos preguntamos: cargado como está con toda esta perplejidad y estupefacción, ¿piensa tomar alguna decisión política? ¿Algo de verdad? Ah, ¿qué no? Ninguna sorpresa. Por desgracia, «ya conocemos ese teatro». Choca que alguien le implore de buena fe en X: «Señor presidente de CLM, hace mucho tiempo que llevamos avisando de esta deriva y ruptura, y además de hablar exige hacer. Demuestre que este no es también su proyecto, lo puede parar, trabaje con sus diputados (8) para q no salga adelante la reforma. España lo merece». Dios mío, siempre hay optimistas irredentos.

Emiliano García-Page dice que la soberanía fiscal que Pedro Sánchez ha concedido a los golpistas separatistas rebasa todos los límites. Que obedece a un guion que pasa por la amnistía. Pero, ¿qué límites, si desde que anuló los delitos de rebeldía y malversación para comprar los votos de los convictos por los lamentables sucesos de septiembre del 2017 ha sido un no parar? Después de aquello vino la Amnistía. Este golpe de Estado fiscal perpetrado desde la presidencia del gobierno es un expolio más en esta cadena de abusos y atracos a cuenta de todos los españoles. Y a saber qué otra cosa puede desmantelar nuestro despreciable Madurez. Ya me veo un referéndum dentro de nada. Mi amigo Santiago Navajas dice en X: «Es sintomático que un socialista como García-Page considere que la vulneración de derechos fundamentales, el asalto al poder judicial y el desprecio absoluto a las instituciones democráticas que ha perpetrado Sánchez no son líneas rojas. Sólo cuando le tocan el dinero».

Y aún tiene García-Page la desfachatez de darnos lecciones: «El independentismo, dice, se fundó para romper España, pero el PSOE se fundó para promover la desigualdad, no para ampararla y promoverla». ¿Es un sarcasmo? En el PSOE anida la tiranía y el afán totalitario por el poder. Hasta el punto de romper todas las reglas del juego, cosa que hasta ahora ningún partido de centro o de la derecha había ni siquiera rozado. Queridos amigos del resto de España: os están robando en las narices. Tenéis lo votado. Y no penséis que yo, como catalana, pienso: mira, por lo menos viviremos aquí «como suizos», que diría la Sra. Rosa Belmonte. De eso nada. Repartirán mucho más entre los suyos y todos se subirán el sueldo. Y ya no digamos cómo se disparará el mosqueo que siempre hemos tenido con los gobiernos locales en cuestiones de corrupción, favoritismos y arbitrariedades interesadas. No es sólo que ese «Concierto Económico» rompa la solidaridad entre todos los ciudadanos. Es que nos deja a los catalanes al albur del feudalismo local. Estamos acojonados. Así que, Sr. García-Page: no finja su dolor barato que ya conocemos ese teatro.