Opinión

Frente a los regalos de Sánchez, la chulería de Torra

El presidente Pedro Sánchez ha alimentado al monstruo del independentismo con sus constantes cesiones. Lejos de conseguir aplacarlos, siguen reclamando con creciente avidez. Ante las prebendas concedidas por el Gobierno socialista, Torra y sus acólitos responden con más provocaciones. El mismo día que el presidente de la Generalitat insiste en que no va a «aceptar» una sentencia que «no sea la absolución» de los golpistas y pide que la Fiscalía admita que el caso denominado ‘procés’ fue un montaje, sabemos que encabezará la manifestación que se jacta del asedio a la Consejería de Economía y Hacienda de hace un año. Entonces, miles de violentos imposibilitaron la actuación policial del Estado a través de la Guardia Civil.

Ese día empezó a erigirse de forma manifiesta el golpe de Estado que culminó con el referéndum ilegal del 1 de octubre. Dicho asedio provocó que los líderes de ANC y Òmnium Cultural estén acusados de sedición, los mismos a los que Torra pretende librar de sus condenas chantajeando al Gobierno. Y es que para el dirigente xenófobo nunca es suficiente. De nada le ha valido que el Ejecutivo de Pedro Sánchez haya mirado para otra parte durante parte del acoso que, sin piedad, ha sufrido el magistrado Pablo Llarena por parte de los sectores más radicales del independentismo. Los sediciosos son conscientes de que en la debilidad del Ejecutivo de Sánchez está su fortaleza. Así, a Torra se le ha unido también Joan Tardà.

En otro desafío intolerable al Estado, el portavoz de ERC en el Congreso ha exigido al presidente que presione al fiscal si quiere aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Una amenaza que pone en solfa la viabilidad de las Cuentas Públicas y, por lo tanto, una parte esencial de la prosperidad futura de todos los españoles. Nuestro país no puede seguir en manos de estos pirómanos de la política del mismo modo que Sánchez no puede seguir concediendo regalo tras regalo para lograr tan solo constantes ataques o amenazas veladas. ¿De qué ha servido que acercara a los golpistas a Cataluña? ¿Para qué la predisposición presidencial a conceder un nuevo Estatut? ¿Y la concesión de 1.000 millones de euros anuales en infraestructuras para Cataluña? De nada, no ha servido de nada. Sólo para dañar aún más a España.