Opinión

Fondo público de pensiones: competencia desleal contra los privados

El Gobierno socialcomunista pretende sacar adelante un proyecto de creación de un fondo público de pensiones de empleo como alternativa a los planes «extraordinariamente caros» del sector privado. En palabras del ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, las comisiones del sector privado son «inaceptablemente altas» en los planes individuales, y además resultan «muy regresivos» y benefician principalmente a las rentas altas.

Lo que no dice el Gobierno es que el fondo público de pensiones contemplará los incentivos fiscales que Pedro Sánchez ha decidido quitarle a los fondos privados, de modo que el Ejecutivo hace gala de competencia desleal, al perjudicar a estos últimos en beneficio del fondo diseñado por el Ministerio de Seguridad Social. O sea, condena a los planes individuales de pensiones y, al mismo tiempo, crea un fondo público de pensiones con los beneficios impositivos que les niega a los particulares.  La idea del Ejecutivo es promover unos planes de aportación definida compartida entre la empresa y el trabajador. Cada mes la empresa invertiría en el plan de ahorro colectivo un tanto por ciento de la nómina de dicho empleado y una parte similar correría de parte del trabajador.

Lo que se trata, en suma, es de utilizar el BOE para cargarse los planes privados de pensiones con el argumento demagógico de que son un instrumento financiero de ricos, cuando las estadísticas demuestran lo contrario. En España hay casi 10 millones de planes de pensiones abiertos: un total de 7,5 millones de trabajadores cuentan con uno individual, que suma 79.850 millones de inversión, y casi 2 millones de empleados están adscritos a un plan colectivo, cuyo patrimonio ascendía a 35.170 millones.

Hasta ahora, los trabajadores realizaban aportaciones a estos activos financieros con el fin de ahorrarse una parte de su factura de IRPF, ya que era el principal instrumento de deducción, pero la aviesa mano del socialcomunismo que nos gobierna decidió reducir sus beneficios fiscales para beneficiar a los planes públicos de pensiones de empleo. Poco le ha importado que el establecimiento de diferentes límites de aportación a sistemas de previsión social resulte discriminatorio. Con este Gobierno eso de que todos los españoles somos iguales ha pasado definitivamente a la historia.