Opinión

El estado de alarma lo genera Sánchez

La incapacidad e irresponsabilidad del Gobierno socialcomunista ha rozado el paroxismo. El jefe del Ejecutivo ha anunciado el estado de alarma en diferido; esto es, su entrada en vigor el sábado, cuando se haga público el decreto ley que lo desarrolla y que se conocerá al término de un Consejo de Ministros extraordinario. No se puede ser más incompetente. En lugar de decretar el estado de alarma y en paralelo la entrada inmediata en vigor de sus medidas, Sánchez deja pasar 24 horas mientras el coronavirus se extiende a a toda velocidad. Fue hablar Sánchez y frenarse la subida de a Bolsa. Fue hablar Sánchez y desatarse la estampida de miles de madrileños. Fue hablar Sánchez y generar tanta incertidumbre que los gobiernos de Madrid y Andalucía tuvieron que salir a anunciar medidas ante la necesidad imperiosa de actuar.

La negligencia del Gobierno socialista en la gestión de la crisis desatada por el coronavirus ha alcanzado cotas insuperables; el cierre de Madrid es decisión de un Ejecutivo que viene dando tumbos, maniatando el margen de maniobra de la Comunidad de Madrid, cuya presidenta, Isabel Díaz Ayuso, lanzó a Sánchez un explícito reproche por generar tanta inquietud e incertidumbre.

No sólo cometió la indecencia de permitir la manifestación del 8-M cuando en Madrid el número de contagios ya crecía de forma exponencial, sino que sus medidas económicas fueron un mal parche, coronado ahora con un anuncio del estado de alarma que lo que ha desatado, en efecto, es la alarma general. Si lo que cabe esperar del Gobierno de España es que lidere con tino la gestión de una crisis sanitaria sin precedentes, habrá que convenir que el Ejecutivo socialcomunista ni ha gestionado ni coordinado, porque lo que ha hecho es ir a remolque de la situación y generar un desbarajuste de enormes proporciones.

El Gobierno de Sánchez se ha retratado como el más incapaz y el más negligente. Su actuación esta siendo un desastre sin paliativos que esta contribuyendo a acrecentar los daños de una crisis sanitaria y económica que avanza ante la ineptitud de un Ejecutivo sobrepasado por su impericia.