Opinión

La esfinge de la izquierda tiene un papel

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Yolanda Díaz, última esperanza de una izquierda que agoniza, dice que tiene un proyecto pero no lo cuenta, ni explicita, ni lo enseña. Me da que se trata del “secreto de la esfinge”, esto es, que el secreto es arena, la nada, humo.
Lo más relevante en su “histórica” andadura (su palabra preferida para referirse a sí misma, y sus hechos de gran estadista) desde su ignota vida de comunista con ancestros en El Ferrol es que fue digitalizada por el poderoso dedo de Pablo Iglesias, y, una vez en el machito, reniega del padre político que le consiguió dinero y oropel, a la vez que de sus hermanas en el nada sutil arte del condumio. ¡Este ejercicio lo hemos visto ya por estos lares! Ninguna novedad que aportar a su monumental acervo político inabarcable que pasado el tiempo, sin duda, será pasto de sesudos historiadores.

Lo único que sabemos con certeza de la señora titular del desempleo es que desde Moncloa le preparan argumentarios ad hoc con los que acudir a su cita con la prensa; todo ello bajo la premisa del reclamo electoral, en este caso, Andalucía. Argumentario por aquí, clichés cocinados por cabezas de huevo por allá.

La vicepresidenta, en cualquier caso, está encantada de haberse conocido. Ya hay quien la sitúa en la esfera del PSOE. ¿Razones? Ofrece, con ocasión y sin ella, lo que más gusta a Sánchez: jabón. Díaz deja entrever con sus comportamientos tímidos y de voz cuidada una ambición que no asienta sus reales sobre hechos incontestables de gobernanta suficientemente preparada; al menos, es verdad, no utiliza el insulto y la descalificación en todas las estaciones. Esto es lo que la hace diferente dentro de una jauría que ahora mismo amenaza con devorarla como se hacía en las memorables purgas de sus ancestros políticos.

Tengo para mí que la veterana militante comunista no sabe por dónde tirar. Quiere, pero no puede; amenaza con tirarse a la piscina pero no está segura que de la misma tenga más que un caldero de agua. Se mueve en unos parámetros ideológicos fracasados y caducos que parecen no gustarle en demasía, pero tampoco es capaz de pegar un tajo para cobrarse un futuro. Daría la sensación de que intenta subirse al carro del mundo libre y, al mismo tiempo, no aparecer como una traidora revisionista subida en coche oficial y del que le produce terror apearse.

Esto es lo que hay señores, mientras una mayoría de la prensa progresista (sic) jalea a la gallega como si estuvieran en presencia de Eleanor Roosevelt. En estos momentos dedicada a dopar con dinero público a instituciones afines en Andalucía, lo mismo de lo que acusaban a los demás. Y punto. Final.

PD. Los rumores apuntan a que Sánchez podría testar a favor de su vicepresidenta segunda. Visto lo comprobado en los procederes del sátrapa monclovita, todo es verosímil. Me gustaría una opinión de la emergente galaica acerca de lo que está ocurriendo en la Nicaragua de su conmilitón (comunista) Ortega… El silencio cómplice no sirve.