Opinión
Apuntes incorrectos

¿Ha engañado Sánchez a Podemos con la ley de Vivienda?

Ya se ha dicho casi todo sobre la nueva ley de Vivienda que ha presentado Sánchez y ha aprobado preliminarmente el Consejo de Ministros. Ha sido considerada como aberrante por todos los expertos y concita el repudio de los promotores y de los inversores con algún interés en tomar posiciones en España. Recuerda a la que estuvo en vigor con los alquileres de renta antigua en la época de Franco, que derogó el gran Miguel Boyer en 1985 como ministro de Economía y Hacienda de Felipe González restableciendo el sentido común en un mercado inmobiliario en unas condiciones de habitabilidad lamentables y en situaciones ruinosas para los propietarios impidiendo el acceso a una residencia canónica.

La de ahora es una norma expropiatoria que tendría, de ponerse en vigor, los mismos efectos a largo plazo que un bombardeo en cualquier capital importante y que es seguramente inconstitucional, pues la obligación de que los constructores tengan que destinar por decreto un 30% de la edificación a pisos sociales es un ataque a la libertad de empresa, una confiscación de los eventuales beneficios esperados y un atentado a las reglas del mercado que degenerará en un recorte de la oferta de inmuebles, que sólo podría aumentar liberalizando por completo el suelo como ha propuesto Casado, aunque dudo que tuviera los redaños necesarios para hacerlo en caso de llegar a La Moncloa.

Las ayudas a los jóvenes de entre 18 y 35 años es arbitraria y generadora de desigualdades, además de nociva para el presupuesto del Estado y la carga de déficit público que arrastra. Es una norma además que, si usáramos términos jurídicos, incurriría en la prevaricación, pues ha sido aprobada a sabiendas de que en otras ciudades en las que ya se ha puesto en marcha como en Nueva York, Berlín, París o aquí en España, en Barcelona, ha sido un completo fracaso. Todo esto es obvio y evidente. Ahora bien, quizá hay algo que se nos escapa, y es si esta norma de la que se han mostrado tan satisfechos los ‘podemitas’, porque consideran que es una gran conquista social, verá alguna vez la luz o es otro más de los conejos de la chistera que ha sacado el presidente para ir tirando e ir engañando a todos.

Ya dijo hace unos días el escritor Arturo Pérez Reverte, que es el que mejor ha descrito al personaje, que Sánchez “es cínico, es embustero, es chulo, es arrogante, no tiene escrúpulos, es inmune a las hemerotecas, es ambicioso, es un perfecto ‘maquiavelo’, y es un pistolero dispuesto a matar a todos los que haga falta para conservar el poder. Lo ha hecho con los sicarios que mataban por él, lo hará con los que continúan o han venido a su lado y tratará de comportarse de la misma manera con sus socios siempre que pueda”. Fin de la cita.

Para tratar de hacer un poco de luz sobre la vivienda hablo con un amigo, que es uno de los principales expertos del sector inmobiliario mundial.  Y me dice lo siguiente: “De momento, el Gobierno va a necesitar en torno a un año para aprobar esta ley. Durante ese año el Tribunal Constitucional tendrá que decidir sobre el recurso que presentó él mismo contra la regulación catalana, muy similar, con el pretexto de que invadía competencias propias del Estado central. Y todo apunta a que será declarada contraria a la ley. Esto podría provocar que el PSOE se eche para atrás con la excusa de que, de aprobar la norma, lo que han diseñado podría ser igualmente inconstitucional, que no es cosa menor teniendo en cuenta que el PP ya ha confirmado que la recurrirá ante el TC”.

“Pero asumiendo que después de todo el proceso preparatorio llega al Congreso y es aprobada, generaría unas distorsiones regionales fortísimas: el PP ya ha anunciado que no la va a aplicar en sus comunidades. Y algunos presidentes regionales del PSOE han asegurado lo mismo. Por ejemplo, el presidente de Castilla-La Mancha ha declarado que no le dará el visto bueno porque allí no hay regiones tensionadas ni problemas con el alquiler.

Por otra parte, y de conseguir sobrevivir a la regulación, de ser aprobada y de ponerse en práctica en solo algunas comunidades, generará autonomías de primera y de segunda. Madrid y Andalucía pueden ser las grandes beneficiadas porque al no aplicar la ley recibirán toda la inversión que cabría esperar en las regiones favorables al propósito como Cataluña y la Comunidad Valenciana”.

Además, continúa mi amigo, “se aplicará la regulación de protección a personas jurídicas -empresas o sociedades- que tengan 10 viviendas o más. En cambio, una persona física que tenga 120 viviendas, por ejemplo, no tendrá que aplicar esta ley. El marco de actuación se calcula que será de en torno a 100.000 viviendas. La regulación, en fin, genera una doble discriminación a las personas de más de 35 años: serán menos interesantes como inquilinos, porque no recibirán 250 euros al mes para ayuda al alquiler, y no serán interesantes porque no permiten al propietario llegar al 90 % de la desgravación fiscal”.

Y ya acaba: “Creo que el PSOE ha engañado a Podemos otra vez, como el año pasado. Ha conseguido que le aprueben los presupuestos en primera instancia con la excusa de que ya son públicos los datos más relevantes de la futura ley de vivienda, pero saben que no va a salir. Genera mucho ruido e incertidumbre, pero hace un año pasó exactamente lo mismo y luego no hicieron nada”. Así los ha engañado o trata de hacerlo con la reforma laboral que pretende Yolanda Díaz pero que nos inhabilitaría para conseguir los fondos europeos. Y con otras cosas.

Al fin y al cabo, pienso yo, el Partido Socialista, aunque irreconocible desde que lo dirige Sánchez, tiene una gran experiencia de gobierno y del arte sutil de la componenda para salirse con la suya. Los de Podemos son unos advenedizos y horteras que sólo han llegado a la política para sacar partido crematístico de la misma e inundar de propaganda y de malos sentimientos al conjunto de la nación.

Ojalá que esto que me cuenta mi amigo fuera así, pero en este caso, aunque jamás esta ley funesta viera la luz, el daño está hecho. El mensaje tan potente como perverso que se envía a los mercados es claro: vete a cualquier destino que sea menos hostil que España. Y lo más inquietante es que a Sánchez tampoco parecen importar los efectos nocivos de estos desvaríos amicales con Podemos con tal de conservar el poder. Así que lo dicho por el escritor Pérez Reverte cobra más sentido que nunca: estamos en presencia de un pistolero, ante el que lo más recomendable es encargar un seguro de vida.