Los discursos de Podemos caben en un tuit
“La hegemonía se mueve en la tensión entre el núcleo irradiador y la seducción de los sectores aliados laterales. Afirmación – apertura.”… y así todo. Con este tipo de cosas hacen creer a sus seguidores que son alguien, que tienen un discurso, que saben, que entienden, pero es sólo postureo, y es que no dan para más. Pablo Iglesias es profesor interino, Errejón acaba de terminar su doctorado y apenas «trabajó» lo de su ‘beca black’, Espinar no tiene ni el doctorado y ha trabajado de teleoperador e Irene Montero tres cuartos de lo mismo. Les llaman la casta universitaria, pero no llegan ni a eso. Ya no es que no sean catedráticos, es que no son ni profesores titulares. Y en política les pasa lo mismo, dan para un tuit, pero no se les puede pedir nada más.
Tengo un amigo que compara Twitter con una tasca de borrachos en donde cada uno suelta las mayores burradas que se le ocurren y cuanto más bestias son, más éxito tienen y más se les aplaude. Y yo no puedo negar que tenga algo de razón; no todo en Twitter es eso, pero sí que hay mucho de eso en la red. Y en esa tasca de borrachos los podemitas son líderes de opinión. A ese nivel sí que están sus discursos, como los de Garzón o Rufián. Entre los miles de trols podemitas sus discursos parecen los de don Antonio Maura.
Es el nivel adecuado para La Generación Más Preparada de la Galaxia, esos a los que en el resto del mundo llaman «millennials» y aquí muchos identificamos con el 15-M. La generación Peter Pan, sobreprotegidos, consentidos y maleducados; una generación que se nos ha quemado en el horno y ya tiene poca solución. Se les ha dado todo gratis, se les ha hecho creer que aún merecían mucho más, se les han creado unas expectativas que ahora, sin esforzarse mucho, no van a poder cumplir. Se han frustrado y como no son capaces de esforzarse, sólo saben protestar. Desprecian a sus mayores, esos que para dárselo todo a ellos tuvieron que luchar y sacrificarse tanto, pero no supieron enseñarles el valor del esfuerzo. Obviamente existen excepciones, existen jóvenes de su misma edad que sí luchan, que sí se esfuerzan y que no están frustrados por no recibirlo todo gratis. Pero los «millennials» españoles son todos podemitas y son el público al que dirigen sus tuits Carolina Bescansa o Echenique, cuando vomitan su odio.
Si políticos de la Segunda República como Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Alcalá Zamora, Julián Besteiro o Manuel Azaña pudieran darse una vuelta por nuestro Parlamento actual y alcanzasen a comprender a qué están dedicando su atención los podemitas, móvil en mano, y leyeran lo que escriben, y escucharan lo que dicen y supieran lo que piensan; pensarían que los españoles nos hemos vuelto locos al elegir a unos representantes tan mediocres… y, en buena parte, tendrían razón. Ciudadanos mediocres, frustrados, exigentes y vagos eligen, de entre ellos, a los que mejor les representan, a los que mejor expresan su ira… en un simple tuit.
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