La Dinamarca del Sur

Artur Mas iba diciendo durante el proceso que, cuando Cataluña alcanzase la independencia, sería la Dinamarca del Sur. Algo así como el paraíso terrenal. La Austria del Mediterráneo.

La DANA de Valencia nos ha puesto a los catalanes delante del espejo. En plena tragedia, ha pasado un poco desapercibida una minidana en Cadaqués.

Para los que no sean veraneantes de la Costa Brava hay que decir que la citada población es la más pija de la zona. Y, seguramente, también de todo el litoral catalán.

No en vano fue la elegida por Carles Puigdemont, Pilar Rahola y el mayor Trapero para hacer aquella famosa paella en el verano del 2017, en los momentos álgidos del movimiento independentista.

Pues bien, el pasado viernes sufrieron una «noche de pesadilla». La expresión es de La Vanguardia al día siguiente. Una DANA en miniatura azotó el área y se llevó no sé cuántos coches. Quedaron apilados bajo el puente que cruza la riera de la población.

Lo mejor de todo es que ¡no se envió ninguna alarma! Y eso que descargó más de cien litros por metro cuadrado en poco tiempo. Protección Civil, que depende de la Generalitat, no lo consideró oportuno. Sospecho que se rozó la tragedia. Y probablemente no hubo alguna víctima mortal de milagro.

Hay otro ejemplo de esta Dinamarca del Sur. La Generalitat ha llegado también a la conclusión de que el Hospital Clínico de Barcelona, uno de los más importantes de Cataluña, no tenía una «prevención mínima» contra ataques informáticos.

En efecto, la Autoridad Catalana de Protección de Datos ha puesto de manifiesto el «incumplimiento de sus obligaciones como responsable y encargado del tratamiento de datos».

El centro hospitalario sufrió en marzo del año pasado un hackeo y empezaron a filtrarse no sólo datos personales sino, peor aún, médicos. Tampoco me consta que los Mossos hallaran a los culpables.

«Antes de sufrir el ciberataque, el Hospital Clínic no tenía implementadas las medidas de seguridad de prevención, detección y contención (…) esenciales para una prevención mínima frente a los ciberataques y una reacción adecuada en caso de incidente», concluye el informe oficial.

En este caso, quizá conviene recordarlo. Teníamos que ser una República digital. Algo en lo que puso mucho empeño el anterior vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró. El mismo que creo la Agencia Espacial de Cataluña y ordenó enviar un par de satélites al espacio.

Finalmente, un tercer ejemplo de esta Dinamarca del Sur. Como yo ya no veo TV3, si me permiten citaré Vozpópuli, que hacía este martes un resumen. Aunque ya vi algo en las redes.

El digital citaba Polonia, el programa de humor (sic) de la cadena pública, que tras la catástrofe de la DANA «ha emitido al menos media docena de gags cargando contra España».

En la visita de Felipe VI a Paiporta parodiaban «el NO-DO franquista» y la población que acogió pacíficamente al monarca se la presentaba «como ultraderechista». Una visita de Franco en los mejores tiempos.

Luego, se enumeraban los errores de la Administración valenciana, pero se esquivaban los del Gobierno central. Pura casualidad. La culpa, al final, era de la tauromaquia. El sketch en cuestión terminaba con un «¡Arriba España!».

Es una lástima que Illa no se haya atrevido a tocar TV3. Ni siquiera la sección de humor. Lo de humor es un decir. Les pido perdón a todos ustedes. No todos los catalanes somos iguales.