Opinión

Dimisión en bien de Europa

Ya sé que es redundar en lo sabido, pero la indignidad e indecencia campa a sus anchas y el pueblo español, que ante todo es digno y decente, habrá de recordar la inadmisible actitud de su presidente. Una huida hacia adelante sin precedentes y que no aguanta lo más mínimo, lo esencial para un cargo público.

Fedea cifra los fijos discontinuos en más de 500.000, lo que no reconoce la ministra. Presunto delito de falsedad documental en la empresa avalada por la mujer del presidente del Gobierno. Moncloa ha deplorado, a dos días de las elecciones vascas, el pasado etarra de Bildu, socio del Gobierno, y tras cinco años de pactos continuos. El Gobierno dio dinero público a un proyecto sobre la despoblación a la mujer del presidente del Gobierno, según El Debate.

El PSOE quiere que el Estatuto vasco reconozca a los etarras como víctimas de la policía. El Gobierno mintió con lo de Delcy y sale la foto donde se ve que sí pisó el espacio Schengen prohibido a ella por narcoestado. Moncloa se desmarca ahora de Bildu por llamar «grupo armado» a ETA. Afirma en la semana de las elecciones que su actitud ante ETA es «incompatible con la democracia». Ábalos se pasea con Delcy en Barajas, como demuestra El Mundo. El Gobierno mintió.

Todo esto es parte de lo que esta semana nos depara. ¿Alguien cree que en su sano juicio algún jefe de Gobierno europeo resistiría antidemocráticamente esta cascada de hechos impresentables y aderezados por una corrupción sin fin y sin ningún desmentido ni explicación? ¿Alguien imagina al presidente Macron rodeado de escándalos patrocinados por su mujer y que el Gobierno francés pagara contratos públicos a empresas adjudicatarias gracias a las cartas de recomendación de la mujer del presidente francés? ¿Alguien imagina que el Canciller Sholtz callara ante las graves afirmaciones de los medios, dejando en evidencia a su mujer por reunirse con los propietarios de una línea aérea alemana que previamente financiaba una actividad de su mujer y posteriormente es rescatada en consejo de ministros, y siendo una de esas personas con las que se reunía actor principal en escándalos de compras de mascarillas fraudulentas?

¿Alguien imagina que la jefa de Gobierno italiana o el primer ministro de Portugal dejaran aterrizar en sus países, contra la prohibición expresa europea, a una vicepresidenta de un país acusado de delitos contra la humanidad y de narcotráfico, y desembarcara un montón de maletas sin saber su contenido? ¿O que esos primeros ministros pactaran poder gobernar con partidos que llevan en sus listas electorales a terroristas y asesinos, y tres días antes de las elecciones regionales decir que no han reconocido su tragedia asesina cuando una hora antes declaran que son plenamente democráticos y que el terrorismo ya acabó, y por supuesto ser primeros ministros gracias a esos terroristas ?

¿Alguien puede comprender que pactara el primer ministro de Holanda o el Canciller de Alemania con un régimen narcodictador y le dejara entrar en Holanda o en Alemania a su vicepresidenta estando prohibida su llegada a esos países por el tratado Schengen? ¿Alguien puede imaginar que el presidente Macron, o el Canciller Sholtz, o la primera ministra Meloni o los primeros ministros Luis Montenegro de Portugal, Holanda, Gran Bretaña o Bélgica pactaran su silla con un fugado de la justicia de esos países, hiciera ese pacto en el extranjero en un país neutral y lo avalara un mediador internacional, pero todo ello, además, renegociado y prorrogado para mantenerse en el sillón día a día?

Nadie en su sano juicio puede entender esto. Simplemente no hay mente humana normal y equilibrada que pudiera advertir tanto ataque contra la misma nación que gobierna. Cualquier dirigente europeo tiene la mínima decencia de dimitir y pedir perdón por tanta aberración y tanta traición.

No hay primer ministro que no respete las estrictas normas de compliance que exigen el maximo rigor de cumplimiento de la ley y de cualquier código de conducta y de reglas básicas democráticas. No hay quién incumpla esos códigos de transparencia, de buen gobierno, de conductas honestas y dignas.

Dimisión es lo único sensato que de manera inmediata ha de producirse, en bien de la democracia, en bien de España y en bien de toda Europa .