Opinión

La dictadura del catalán en Baleares perjudica seriamente la salud

La situación es surrealista e ilustra a la perfección el grado de estupidez dogmática que dejó en herencia el anterior Gobierno socialcomunista de Baleares: licenciados en Medicina que no han realizado el MIR ocupan ahora en el Hospital Can Misses de Ibiza las plazas de los médicos especialistas que han perdido su puesto de trabajo por carecer del certificado de catalán que impuso el anterior ejecutivo autonómico. Los licenciados sin MIR también cubren las plazas que han quedado vacantes a lo largo de los años y que no ha podido cubrir un especialista por la exigencia del catalán. Esto sucede en todas las áreas pero especialmente en Urgencias y Medicina Familiar.

Contratar en la sanidad pública a un médico sin MIR es legal siempre que se produzca la situación excepcional de no encontrar a nadie más para cubrir una determinada plaza, algo habitual en Baleares después de que el Gobierno de Francina Armengol decidiera recuperar el requisito del catalán que ahora echa a los especialistas de sus puestos de trabajo. Es absurdo que al menos ocho profesionales especialistas con amplia experiencia se hayan quedado sin plaza en Ibiza por no disponer del certificado de catalán, pero más allá de lo que supone en términos de libertad tener que someterse a la dictadura del catalán aquí estamos también ante un problema de salud pública, pues resulta evidente que la atención sanitaria sufre un déficit considerable al expulsar a los facultativos con mayor trayectoria profesional y tener que recurrir a médicos sin la necesaria experiencia. Que el certificado de catalán prime por encima del mérito es un disparate colosal.

Está claro que el anterior gobierno socialcomunista impuso la dictadura del catalán, pero el actual Ejecutivo del PP lleva casi un año en el poder y ya va siendo hora de pasar de las palabras a los hechos. Le toca cumplir lo que prometió antes de la cita con las urnas y ya está tardando en hacerlo.