Opinión

Un cuento chino

Los mercados siempre tienen una narrativa que acompaña las subidas y las bajadas. A principio de año fue el impulso de crecimiento e inflación que iban a tener las políticas de Trump acompañado de una mejora macroeconómica del mundo. En el presente, las políticas de Trump parecen estar demasiado enredadas en el politiqueo estadounidense como para llevarse a cabo en el medio plazo. Por otro lado, la mejora de la economía mundial parece haberse ralentizado significativamente, según el Índice de Sorpresas Económicas Mundial de Citigroup, al haberse reducido en más de la mitad de 45 hasta los 18.80 (su rango es de -100 a 100). No obstante, los mercados siguen fuertemente alcistas, por lo tanto tiene que haber otra narrativa. Los bancos centrales de Europa y Japón han aumentado sus balances o coloquialmente dicho han imprimido más dinero que nunca y puede que ésta sea la narrativa actual. Aunque parece que el banco suizo UBS pueda haber dado con el que vaya a ser el nuevo cuento económico.

Según UBS, el aumento de crédito (consumo e inversión) desde 2013 no paró de crecer hasta febrero de 2017, llegando a contribuir en un 3.8% al PIB mundial en 2016. Un 3.4% de esta contribución ha sido gracias al impulso crediticio chino. Sin embargo, el crédito no puede crecer para siempre y en el presente el impulso crediticio se ha desplomado hasta el -3% del PIB mundial. Por lo tanto que hayamos visto unos datos macro con pocas sorpresas positivas es previsible, ya que el impulso tiene una correlación de 0.61 con la demanda agregada mundial. Para simplificarlo podemos decir que cuando el impulso crediticio crece, la economía crece y cuando decrece, la economía mundial decrece. Un 37% de la variación en el PIB mundial puede explicarse con la variable de crédito (0.61^2=0.37).

Un nuevo frente de crédito chino es muy poco probable ya que el gobierno de esta nación amenaza con cortar el crecimiento de hipotecas y créditos para controlar la burbuja crediticia que se ha formado en el gigante asiático. Como analizamos en artículos pasados, esto podría tener un grave efecto en los mercados inmobiliarios copados por inversores chinos como son el canadiense y el australiano.

UBS también recuerda que no ha habido una deceleración del impulso crediticio de tal magnitud desde 2008. Además de 2008, el otro año donde hubo una contracción de crédito global que llegara al -3% fue cuando explotó la burbuja tecnológica en el 2000. De hecho, estos niveles de contracción tan agudos nunca se habían dado durante un período de expansión.

Realmente, esta situación no es del todo nueva, ya que en febrero de este año, UBS advirtió que se estaba produciendo un colapso del crecimiento de crédito llegando al -0.1%. Ahora, el banco de inversión ha vuelto a tocar la campana porque la situación ha empeorado mucho (-3%). Puede ser que esto sólo sea un bache temporal y el mercado vuelva a ignorar esta narrativa como ha ocurrido desde febrero. Sin embargo, si los cálculos de UBS se mantienen va a ser difícil ignorarlo porque se verá reflejado de forma reveladora en el corto plazo en los datos de crecimiento y, entonces, el cuento acaba mal.