Las cloacas son ellos: la conspiración ‘fake’ contra el Emérito que nunca existió
Ha transcurrido un año desde que OKDIARIO desveló las confesiones de la princesa alemana Corinna Sayn Wittgenstein sobre el Rey Emérito, que fueron grabadas de manera subrepticia por el entonces comisario José Villarejo. Y destaco lo de «entonces» porque en aquellas fechas, en junio de 2015, Villarejo formaba parte del equipo pata negra del Ministerio del Interior: no sólo era condecorado con todos los honores sino que disfrutaba de hilo directo con el DAO de la Policía y con el secretario de Estado. Y ese mismo trato lo había recibido antes de Alfredo Pérez Rubalcaba durante su etapa en el Ministerio del Interior.
Tras el scoop periodístico de este diario, los de siempre lanzaron una campaña de desprestigio contra OKDIARIO. Y me refiero, sin ningún tipo de ambages, a quienes pretendieron desacreditar nuestras impecables informaciones: Público, Centro Nacional de Inteligencia (CNI), la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía, El País y eldiario.es, que en el asunto de la grabación a Corinna también entró al trapo.
El País, con la firma de su corresponsal Diplomático y de Defensa, alertaba de «un chantaje al Estado» y destacaba las palabras del director del CNI ante la comisión de secretos del Congreso: «El general Félix Sanz Roldán no cree que don Juan Carlos tenga dinero fuera de España». Y el redactor de Prisa afirmaba sin ningún tipo de recato: «Ha explicado (Félix Sanz Roldán) la operación de chantaje que está detrás de la reciente difusión de unas grabaciones de la ex amiga íntima del rey emérito». Todo fake.
El diario Público llegaba aún más lejos. El órgano oficial del podemita Roures afirmaba: «La vicepresidenta evita responder sobre el chantaje al rey y al CNI de la ‘brigada política de Interior’». Y sentenciaba: «La portavoz de Podemos le plantea una batería de preguntas sobre amenazas y chantajes». Todo fake.
Público, que jamás desde su nacimiento ha publicado una noticia que afecte la imagen de los servicios secretos españoles -basta repasar su hemeroteca- ni a Podemos, por enésima vez sacaba a pasear lo que ellos definen como cloacas. Con la desvergüenza de no mirarse al espejo, ya que su editor ha tenido que pagar a la Justicia de Nueva York 22 millones de euros por el pago de sobornos a directivos de la FIFA para obtener derechos televisivos de los mundiales de fútbol.
Incluso, el periódico de Ignacio Escolar se apuntaba a la teoría conspiranoica y señalaba: «La Policía investiga grabaciones de un comisario sobre posible chantaje a la Corona». Ha transcurrido más de un año y nadie tiene ni idea de tales investigaciones. Todo fake.
Golpes de ring
Días después de la publicación de las grabaciones, como si se tratara de un combate de boxeo, para castigar los riñones de los periodistas que habían publicado la exclusiva, las manos negras del CNI y de Asuntos Internos de la Policía regaban en mercado mediático con cintas y dossieres con el único fin de desacreditar a OKDIARIO.
Al mismo tiempo, la desprestigiada «agente doble» –según versión de Corinna- Ana Romero, que se presenta en sociedad como la periodista que más sabe de la Casa Real, hacía el ridículo públicamente apuntándose una vez más a la teoría de la conspiración contra Don Juan Carlos. La que otrora fuera «la niña mimada» de Pedro J. Ramírez aseguraba en un twitter: «¡Vuelven las producciones Villarejo SA». Y acusaba a OKDIARIO de participar en un chantaje contra el monarca emérito.
Ya en su opúsculo literario, que ha sido retirado de la web oficial de la Esfera de los Libros por fake, Romero aseguraba que Don Juan Carlos nunca había tenido ni testaferros ni dinero en el extranjero. Sigo sin entender cómo un periodista puede negar algo que se mueve por el submundo de la opacidad. Se puede acreditar algo presentando un documento pero no existe papel que pueda negar que éste o tal señor disponga de dinero en cuentas suizas o de cualquier otro paraíso fiscal. !Asombroso¡ Yo puedo tener mis dudas sobre si el Rey Emérito tiene o no dinero fuera de España. Para esos están los jueces y fiscales. Pero nunca me opondré a una investigación judicial
Por todo ello, resulta paradójico y sorprendente que tres medios de comunicación, que hacen gala de su republicanismo y progresismo -sobre todo el del independentista y trotskista Jaume Roures- se escuden en la mentira para tapar las investigaciones sobre los supuestos negocios de Don Juan Carlos en el extranjero.
Pero los cloacólogos de El País y Público ahora tienen más difícil matar al mensajero. Ya no pueden escudarse de manera saducea en conspiraciones, chantajes, presiones o filtraciones interesadas para atacar a este periódico. O echarle la culpa a Villarejo o a las cloacas del Estado. Es un fiscal de Ginebra -posiblemente el más independiente y de mayor prestigio en Suiza- el que investiga desde agosto pasado a los supuestos testaferros del Emérito. Y les aseguro que Bertossa no presenta ninguna porosidad para que puedan relacionarlo con Villarejo o lo que los sonámbulos del periodismo llaman sin ruborizarse a otros «las cloacas del periodismo».
El pedigrí de Bertossa
Yves Bertossa es un procurador con pedigrí y con prestigio. Su padre, el también fiscal Bernard Bertossa, fue quien emprendió en los años 90 una dura batalla contra el blanqueo de fondos en bancos helvéticos, procedentes de la corrupción política y del narcotráfico. Junto a Garzón, Eva Joly o Di Pietro, se convirtió en uno de los paradigmas de la Justicia europea. En el verdadero azote de la corrupción. Su hijo Yves ha heredado el mismo adeene para combatir las tramas criminales y el lavado de dinero negro. Y si no que se lo pregunten al banco HSBC, al que le costó la broma más de 20 millones de euros.
Se imaginarían ahora estos titulares fakes y conspiranoicos del frente antiOKDIARIO para lavar la imagen del Emérito y de los servicios secretos y denigrar a nuestro periódico. Por ejemplo, El País: «Un fiscal de Ginebra se sirve de las cintas ilegales de Villarejo para urdir un montaje contra el Emérito y el CNI». O Público: «De la Joya, el socio de Villarejo, que reside en Suiza desde hace años, tras el montaje de la Fiscalía de Ginebra contra Don Juan Carlos». O eldiario.es: «Interior investiga si las cloacas del periodismo y un fiscal suizo participan en un chantaje al Rey Emérito». Y la mesa Viridiana de Todo es Mentira de Risto Mejide: «Inda y Cerdán abducen a un fiscal de Ginebra para que investigue a Don Juan Carlos».
¿Y Podemos? ¿Cómo va a reaccionar el partido de Iglesias? Mantendrá la boca cerrada porque la información exclusiva procede de OKDIARIO. Si fuera El País o Público montaría el pollo haciendo gala de su populismo y demagogia.
¿Y el CNI sin el general Sanz Roldán? Pues, su nueva directora en funciones, Paz Esteban, tiene la oportunidad de restablecer la normalidad en La Casa, como también se conocen a los servicios secretos. De no caer en la tentación de convertir al espionaje español una vez más en el primo de Zumozol del monarca desde el inicio de la Transición, como también sucedió en los años con el CESID de Alonso Manglano. Señores espías, dejen trabajar en paz a los jueces y fiscales. También a los periodistas. Y que cada cual aguante su vela, como acuñó María Dolores de Cospedal en el Partido Popular.
¿Y qué decir de la Fiscalía Anticorrupción? Para el Ministerio Público debe ser irritante que un fiscal de Ginebra se arremangue las mangas de la camisa para lavar la ropa sucia de España. Que durante casi un año dirija una investigación que los fiscales españoles han dejado pudrirse. Al menos Luzón tiene la oportunidad de colaborar con su colega suizo, lo mismo que hizo la Justicia helvética en casos tan mediáticos como Roldán, AVE, Paesa o Gürtel.
¿Y los compañeros de profesión? A la mayoría le corroerá la envidia por el pisotón informativo. Los más cínicos dirán que ellos ya lo sabían pero que no lo han publicado por responsabilidad democrática. Otros se sumarán a la teoría de la conspiración: una vez más la matraca de Villarejo, esta vez vía Ginebra. Los más tontos dirán que es un tema viejo. Y unos pocos intentarán hacer ver que se trata de una filtración interesada. ¿Pero de quién? ¿De un fiscal suizo que trabaja la información en secreto desde hace más de diez meses? ¿Un procurador que ya ha interrogado a los testaferros Fasana y Canonica? Pero los periodistas de pura raza reconocerán que detrás de la noticia hay un trabajo de investigación de varios meses, como irán comprobando hoy y en los próximos días nuestros lectores.
En fin, una vez más a los cloacólogos se les derrumba la teoría de la conspiración y se les difumina la invectiva del chantaje. Les salta por los aires el reclamo torticero de la cloacas del periodismo y se les cae la careta del cinismo.
Por todo ello, habría que afirmar sin tapujos que las cloacas son ellos. La basura está sin recoger en sus domicilios y sus cañerías huelen a podrido. Llevan años dándole a la manivela del ventilador de la mierda y resulta que las heces se amontonan en su cercanía. Y todo ese hedor procede de las páginas del podemita Público, de la hipocresía de El País -fustigan a quienes publicaron el Informe PISA o el borrador de la UDEF y ellos se hacen eco del informe fantasma del Orgullo- y del cinismo del rey del pelotazo, Risto Mejide.
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