Opinión

El bulo de las violaciones

Entre enero y febrero de 2024, Pramila Patten, Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Violencia Sexual en Conflictos, lideró una misión de verificación en Israel y Gaza con el objetivo de recopilar, analizar y verificar denuncias de violencia sexual relacionada con los ataques del 7 de octubre de 2023, perpetrados por los terroristas de Hamás. Su informe se presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU en marzo de 2024 y sus conclusiones fueron que existen suficientes «bases razonables para creer» que se cometieron actos de violencia sexual incluyendo violaciones y violaciones en grupo durante los ataques.

La ONU encontró evidencias de mutilaciones genitales, cuerpos desnudos de mujeres desde la cintura para abajo y patrones de brutalidad extrema contra mujeres. Respecto a las rehenes secuestradas, la ONU concluyó que existe «información clara y convincente» de que se cometieron violaciones, tortura sexual y tratamientos crueles contra rehenes israelíes en Gaza, y se cree que esto podría continuar con las que siguen cautivas. Y eso a pesar de las limitaciones que supuso el trabajo de los voluntarios de la organización ZAKA, judíos mayoritariamente ortodoxos que se encargaron de recoger todos los restos e incluso la sangre, para dar inmediato cumplimiento a sus ritos religiosos.

Por otro lado, el 20 de mayo de 2024, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, solicitó órdenes de arresto contra tres líderes terroristas de Hamás por cargos que incluyen violaciones, tortura sexualizada y otros actos de violencia sexual considerados crímenes contra la humanidad, en relación con los ataques del 7 de octubre de 2023. En diciembre de 2023 The New York Times publicó un informe basado en entrevistas con más de 150 testigos y supervivientes a los ataques terroristas, en el que documentó casos de violaciones y violencia sexual. The Guardian y Associated Press han confirmado patrones similares basados en testimonios y evidencias visuales, como cuerpos desnudos y atados. En julio de 2024 Human Rights Watch confirmó un «patrón de violencia de género» en los ataques.

Todos estos informes internacionales coinciden con las declaraciones de las rehenes liberadas, así como con las de los médicos, paramédicos y soldados israelíes que respondieron al ataque y documentaron cuerpos de mujeres torturadas y asesinadas con signos de abuso sexual, algunos de los cuales podemos ver en los vídeos difundidos por los terroristas para aumentar el terror entre sus víctimas, así como en las grabaciones que Israel no ha querido difundir públicamente, pero sí ha enseñado a numerosas autoridades y a la prensa internacional.

Pero frente a todos estos informes elaborados por las autoridades internacionales y la prensa más prestigiosa, tenemos la negación de los terroristas de Hamás alegando que no existen informes forenses y tachando todas las pruebas presentadas como propaganda sionista. Y en esta disyuntiva, la extrema izquierda ha elegido hacer como que creen lo que dice Hamás, que son los sanguinarios terroristas que el 7 de octubre de 2023 entraron a sangre y fuego en Israel, degollando bebés, quemando vivos a ancianos, violando, torturando, asesinando a 1.200 personas incluidos 36 niños, y secuestrando a otras 250, de las que dos años más tarde aún mantienen unos 50 rehenes, posiblemente más de 20 torturados en vida.

En una entrevista en el programa En boca de todos (Cuatro), la nueva estrella mediática Ana Alcalde, más conocida como Barbie Hamás, cuando se estaban narrando las violaciones cometidas por sus amigos terroristas, se puso a gritar desquiciada: «¡Mentira! Eso es mentira. Eso es un bulo. ¡Es un bulo! ¡Es el bulo de las violaciones! Las mismas chicas secuestradas han salido diciendo que las trataron bien, es más, una de ellas dijo que se había sentido fea porque no le habían hecho nada».

Con toda seguridad Barbie Hamás sabe que las violaciones son reales pero consciente y voluntariamente elige negar las evidencias, para así poder mantener sus ataques contra el democrático Estado de Israel y su legítimo derecho a la defensa, que en realidad esconden el clásico antisemitismo que toda la vida ha caracterizado a la extrema izquierda, a cuya cabeza se encuentra hoy nuestro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha decidido pagar de nuestros impuestos el viaje de vuelta en avión de las vacaciones en el mar de Barbie Hamás, en lugar de ordenar a su fiscalía que acuse del delito de odio contra los judíos que presuntamente comete esta rubia inflada de botox cada vez que abre la boca. Si Barbie Hamás reconociera las violaciones, no podría seguir vomitando su nazi discurso antisemita cada vez que le pongan un micrófono delante, y para conseguir eso es para lo único que ha ido a Gaza.