Australia, la burbuja hermana de Canadá
La semana pasada estudiamos la burbuja inmobiliaria en Canadá pero ésta no es la única en el mundo. Australia es un país parecido en muchos aspectos. Los australianos también son exportadores de materias primas —sobre todo metales— y los dos están entre los primeros 10 países en desarrollo humano, según datos del 2016 del Banco Mundial. Australia en segunda posición tras Noruega. Este índice se obtiene a través de una combinación de puntuaciones en educación, igualdad de oportunidades, esperanza de vida y renta por hogar —España está en el número 27—. Australia y Canadá son economías muy bien gestionadas que sufrieron poco en la crisis del 2008. Su mercado inmobiliario ha servido como refugio de grandes fortunas, en gran parte chinas. No obstante, las economías y sus mercados son cíclicos y, a pesar de no haber sufrido una recesión en los últimos 25 años, el mercado inmobiliario se ha sobrecalentado, aprisionando así a muchos australianos con deudas que les cuesta mucho pagar.
Según el Banco de la Reserva de Australia el ratio de deuda a ingresos es de 189%, el más alto del mundo justo por delante de Canadá. Para ponerlo en perspectiva, en el momento más apoteósico de la burbuja de 2007, Estados Unidos llegó a un 130%. Esto viene dado por la obsesión de los australianos con poseer una casa en un mercado extremadamente alcista en el cual los precios se alejaban del verdadero poder adquisitivo de un australiano, según interpreta Prime Capital, un bróker y fondo de inversión australiano. Las continuas subidas de las casas en Australia han sido causadas por compradores internacionales, en su mayoría chinos, que han invertido en el mercado inmobiliario australiano por ser un “seguro”. También ha afectado la restricción de construcciones en ciertas zonas protegidas que ha ido imponiendo el gobierno. Martin North, presidente de Digital Finance Analytics, una consultora financiera australiana, dice que los precios son tan altos que hasta las clases más altas están seriamente endeudadas. Añade que todo el mundo en Australia tiene deudas que les salen por los oídos —sus palabras—.
Esto se nota en que en el último año las ventas al consumidor se han estancado completamente y han afectado al PIB que creció un 1,7% anual comparado con la media del 3%, según la Oficina de Estadística Australiana. Esto significa que una caída en los precios de la vivienda allí podría desencadenar una fuerte recesión, ya que muchos australianos tienen hipotecas y refinanciaciones basadas en los precios actuales de la vivienda. La residente de Sídney, Marie-Aimee Guillermin, explica que tras endeudarse para comprar una vivienda de tres habitaciones en su ciudad de 1,05 millones de dólares estadounidenses —por debajo del precio medio de 1,15 millones de dólares—, le cuesta llegar a fin de mes.
Por todas estas razones, Philip Parker, presidente de Altair Asset Management, el presidente de uno de los fondos de inversión más prominentes y exitosos de Australia, ha devuelto cientos de millones a sus clientes —con grandes ganancias— porque cree que Australia está sumida en la mayor burbuja inmobiliaria de su historia y en el corto plazo se va a pinchar y se va a desencadenar una crisis similar a la de 2007 en el resto del mundo. Veremos si está en lo cierto, aunque analizando la situación buenas razones tiene.
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