Opinión

Aló, vicepresidente

El secretario general de Podemos y vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, sorteará la Ley de Incompatibilidades para compaginar su cargo en el Ejecutivo con su programa de entrevistas en televisión. Aunque el artículo 98 de la Constitución establece en su tercer punto que «los miembros del Gobierno no podrán ejercer otras funciones representativas que las propias del mandato parlamentario, ni cualquier otra función pública que no derive de su cargo, ni actividad profesional o mercantil alguna», Iglesias tiene la intención de «buscar ratos para entrevistar a personas interesantes, aunque no sea con La Tuerka y Público TV,  sino «con la ayuda del equipo de Podemos» a modo de material promocional de su partido. «Si no no sería yo», ha asegurado en Twitter.

Aunque ya ha prometido el cargo de vicepresidente, Iglesias publicará tres últimos programas. Los viernes del mes de enero difundirá entrevistas con el ex presidente Zapatero, el tertuliano Antonio Maestre y el empresario Jaume Roures. Con independencia de que el cargo de vicepresidente resulte o no compatible con el de entrevistador a tiempo parcial, parece obvio que Iglesias busca contrarrestar el cerco al que le ha sometido dentro del Gobierno Pedro Sánchez con su presencia en los platós de televisión. Está claro que Iglesias no aceptará ser comparsa en el Ejecutivo y desplegará una estrategia mediática orientada a mantener su propio foco de atención, al margen de su cargo institucional. Los temores de Pedro Sánchez de que hubiera dos Gobiernos en uno no eran infundados, de modo que, más allá del idilio de estos días, Podemos no se va a dejar fagocitar fácilmente. Más bien todo lo contrario.

Que un vicepresidente del Gobierno de España compagine sus labores ejecutivas con la de entrevistador -o lo que quiera que fuera Pablo Iglesias en sus programas de televisión- no tiene precedentes ni parangón en cualquier nación de nuestro entorno, pero teniendo en cuenta que el secretario general de Podemos sigue venerando la figura de Hugo Chávez no resulta tan extraño. Así que entre Consejo de Ministros y Consejo de Ministros -o Consejo de Ministras y Consejos de Ministras-, Pablo Iglesias seguirá la estela del difunto dictador venezolano. Aló, vicepresidente.