Opinión

La alcaldesa de Alcorcón se pone en ‘modo Maduro’

La alcaldesa de Alcorcón, la socialista Natalia de Andrés, ha emitido una nota interna más propia de una dictadura que de una institución democrática en la que se insta a los funcionarios de la corporación a impedir el paso a las dependencias y espacios municipales a candidatos de partidos políticos. Casualmente, la prohibición se produce después de que el diputado nacional del Partido Popular y candidato del PP a la Alcaldía, Antonio González Terol, junto a los concejales populares, recorriera las distintas dependencias consistoriales.

Habrá que preguntarse si la alcaldesa socialista entiende que el cargo la faculta para tomar decisiones de este tipo. Tal vez crea que Alcorcón es suyo, porque eso de que las «dependencias, instalaciones, centros, departamentos o servicios se encuentran adscritos al servicio público y no pueden ser objeto de utilización por parte de terceros» es más que discutible. Y ya el colmo es que se les impida «dialogar con los empleados públicos», porque afectan a las «tareas administrativas». «Los empleados y empleadas municipales -se advierte en tono admonitorio- no deben facilitar el acceso a los centros, dependencias o servicios en los que se desarrollan sus funciones, ni permitir o consentir que terceros lleven a cabo actividades interfiriendo en las tareas a desarrollar y, por tanto, en el normal funcionamiento de los servicios».

Caramba con la alcaldesa. Que un candidato de un partido tenga vetada la entrada a las dependencias municipales para poder comprobar cómo funcionan los servicios del Ayuntamiento va contra las más elementales normas del juego democrático. Se conoce que el pluralismo no va con la regidora socialista, que debe tener mucho miedo al candidato del PP.

La sensación que traslada la alcaldesa es de pánico. Tal vez sepa que las encuestas son adversas para su partido y haya decidido, torpemente, frenar al candidato popular recurriendo al clásico ordeno y mando. Tranquilidad, señora. Las urnas tendrán la última palabra.