Peste porcina africana

El sector cinegético crea un manual para frenar la expansión de la peste porcina orientado a cazadores

Fundación Artemisan y la RFEC publican una guía con diez respuestas para ayudar a los cazadores

El documento recoge protocolos de actuación y medidas de bioseguridad ante el brote catalán

El documento destaca el papel crucial de los más de 500.000 cazadores como vigilantes sanitarios y controladores de las poblaciones de jabalí,

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El sector cinegético ha elaborado un manual de diez preguntas y respuestas sobre la peste porcina africana dirigido a cazadores y gestores con el objetivo de aunar esfuerzos para controlar el brote detectado en Cataluña.

La Fundación Artemisan, la Real Federación Española de Caza (RFEC), Asiccaza y todas las entidades que aglutinan el sector han presentado esta guía como herramienta fundamental ante la reaparición de la enfermedad en España tras 31 años de ausencia.

El documento destaca el papel crucial de los más de 500.000 cazadores como vigilantes sanitarios y controladores de las poblaciones de jabalí, especie reservorio del virus.

30 años sin peste porcina africana

La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad vírica de la familia Asfarviridae que afecta exclusivamente a cerdos domésticos y jabalíes, provocando una mortalidad cercana al 100%.

Aunque no supone ningún peligro para los humanos ni es una zoonosis, el impacto económico para el sector ganadero español resulta considerable por las restricciones comerciales y pérdidas de exportación.

El manual del sector cinegético explica que en noviembre de 2025 se detectó PPA por primera vez desde 1994 en el término municipal de Cerdanyola del Vallès (Barcelona), lo que ha desatado una alerta sanitaria en todo el país.

13 casos confirmados

El Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid) ha confirmado hasta la fecha un total de 13 jabalíes positivos en peste porcina africana, todos ellos localizados en Cerdanyola del Vallès.

Las autoridades han detectado otros 37 jabalíes muertos en la zona y alrededores que han dado resultado negativo. Los servicios veterinarios oficiales de Cataluña mantienen visitas constantes y toma de muestras en las 39 granjas de la zona afectada, que continúan libres de la enfermedad hasta el momento. Las administraciones central y autonómica han instado a mantener un alto nivel de alerta con elevadas medidas de bioseguridad en explotaciones y poblaciones silvestres.

Perímetro de seguridad

Las autoridades han establecido un primer perímetro de seguridad de 6 kilómetros en la zona más cercana al foco inicial y un segundo perímetro de 20 kilómetros denominado «zona infectada».

El foco se encuentra en una zona periurbana del área metropolitana de Barcelona, en contacto con espacios forestales utilizados por el jabalí pero rodeado de autopistas, factor que podría favorecer su control comparado con zonas menos urbanizadas. El sector cinegético se ha puesto inmediatamente a disposición de las autoridades sanitarias para colaborar en las labores de contención y control del brote mediante vigilancia activa y pasiva.

Vigilancia pasiva

El manual destaca el papel de vigilancia pasiva del más de medio millón de cazadores españoles, según datos del último estudio del impacto económico, social y medioambiental de la caza en España. Estos más de 500.000 «centinelas del campo» realizan labores de vigilancia sanitaria que permiten la detección temprana de casos sospechosos de enfermedad en todo el territorio nacional.

La detección temprana de animales muertos y enfermos incrementa significativamente la probabilidad de controlar un brote de peste porcina africana de manera rápida y reducir la expansión a otras zonas, como se ha evidenciado exitosamente en otros países europeos.

Papel fundamental de los cazadores

Los cazadores tienen un papel fundamental en la búsqueda y localización de jabalíes muertos y enfermos durante sus salidas al campo. Si encuentran un jabalí muerto que no ha sido cazado, sin heridas de disparo, no deben tocar ni mover al animal bajo ninguna circunstancia.

Resulta fundamental avisar inmediatamente a las autoridades competentes: agentes forestales, de medio ambiente, SEPRONA o policías autonómicas, que varían según cada comunidad autónoma. En Cataluña se puede llamar directamente al 112 para comunicar posibles casos, mientras la mayoría de comunidades cuentan con protocolos específicos de notificación.

Control poblacional

El documento del sector cinegético subraya la labor de los cazadores para el control de poblaciones de jabalí, especialmente en un contexto como el actual donde esta especie se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas.

La estimación de población en España supera el millón de ejemplares, con una densidad promedio de entre 1-15 individuos por kilómetro cuadrado que puede alcanzar los 20-30 jabalíes por kilómetro cuadrado en zonas con alta disponibilidad de alimento.

Los cazadores contribuyen a evitar incrementos adicionales mediante distintas modalidades de caza en zonas fuera de los perímetros infectados, siendo su papel clave para evitar la expansión del virus.

La caza como herramienta clave

La caza del jabalí es una herramienta fundamental para controlar sus poblaciones, con 443.714 ejemplares cazados en 2023, cifra que supone un 210% más que en 2005. Sin embargo, el manual explica que dentro de las zonas perimetradas o infectadas se prohíbe la actividad cinegética porque podría facilitar la propagación del virus fuera de estas áreas.

La caza puede inducir molestias y movimiento de los jabalíes fuera del perímetro, incrementando el riesgo de dispersión de la peste porcina africana. Además, cazadores y perros pueden transportar accidentalmente el virus mediante ropa, vehículos o equipos, ya que la sangre vehicula grandes cantidades de virus.

Mapa de la peste porcina africana en Europa en 2025.

Medidas de desinfección

El manual del sector cinegético recoge información actualizada sobre medidas de desinfección cuando se ha estado en contacto con jabalíes con sospechas de alguna enfermedad.

El virus de la PPA es extraordinariamente resistente y puede transportarse fácilmente a través de ropa, calzado, cuchillería, vehículos y otros materiales que hayan estado en contacto con animales infectados o su entorno. Resulta obligatorio limpiar toda la ropa, equipamiento y vehículos antes de abandonar la zona para evitar la propagación accidental del virus a nuevas áreas del territorio nacional.

Desinfección en ropa y vehículos

La ropa y calzado deben lavarse a una temperatura mínima de 60 grados centígrados para eliminar completamente el virus. La cuchillería y materiales que puedan haber estado en contacto con el virus deben limpiarse y desinfectarse con productos adecuados que contengan sosa cáustica, lejía o formalina entre otros compuestos eficaces.

Un miembro de la UME desinfecta vehiculos, durante la presentación de los medios de la UME para el control de la peste porcina. (Foto: Europa Press).

Los vehículos requieren eliminar todo rastro de barro o suciedad donde el virus puede sobrevivir, especialmente en la sangre que mantiene grandes concentraciones del agente patógeno. El sector cinegético insiste en la importancia de seguir estos protocolos rigurosamente para evitar convertirse en vector de transmisión involuntario.

Gestión de restos

Los restos generados en la caza, especialmente de jabalíes, deben gestionarse de forma que no queden accesibles para otros jabalíes, reduciendo el riesgo de transmisión de la peste porcina africana entre otras enfermedades.

Cuando la normativa autonómica lo permita en actividades de caza a rececho o monterías con pocos animales abatidos en la mitad norte, los restos pueden depositarse a la vista en zonas abiertas para aves necrófagas preferentemente a primera hora de la mañana.

No deben ocultarse bajo matorral ni colocarse donde los jabalíes puedan acceder antes que las aves, ya que los buitres no transmiten la enfermedad y resultan altamente eficientes eliminando estos restos.

Protocolos actualizados

En cacerías colectivas o monterías de la mitad sur de España, o cuando la normativa así lo exija, los restos deberán retirarse y entregarse a un gestor autorizado o depositarse en puntos autorizados como muladares o zonas de gestión controlada.

El sector cinegético establece estos protocolos diferenciados según la zona geográfica y tipo de actividad para garantizar una gestión sanitaria óptima. El manual también aborda el papel que han tenido los cazadores en otros países europeos que sufren esta enfermedad, destacando que una actuación temprana y coordinada con la participación activa del sector cinegético ha sido clave para el control efectivo en distintos territorios.

El ejemplo sueco

El caso de éxito de Suecia demuestra la importancia del sector cinegético en el control de la peste porcina africana. El país nórdico consiguió erradicar la enfermedad en apenas un año tras detectar el primer caso en septiembre de 2023, siendo declarado libre oficialmente en septiembre de 2024.

La estrategia incluyó búsqueda intensiva de cadáveres, control poblacional mediante caza, vallados perimetrales y estrictas medidas de bioseguridad. Los cazadores suecos jugaron un papel crucial realizando batidas hasta tres veces al día, localizando 62 cadáveres infectados y sacrificando 116 jabalíes en la zona central del brote en apenas tres meses.

La Asociación Sueca de Cazadores recibió el encargo oficial de responsabilizarse de la búsqueda de cadáveres y gestión poblacional, demostrando que el conocimiento del terreno y capacidad de movilización del sector cinegético resultan determinantes para el éxito de las operaciones.

El coste total ascendió a 9,98 millones de euros, inversión que permitió proteger una industria porcina valorada en miles de millones. La experiencia sueca con la peste porcina africana se considera ahora un modelo a seguir para otros países europeos que enfrentan la misma amenaza, destacando que sin la colaboración activa de los cazadores el control resulta casi imposible y extremadamente costoso.

Consumo seguro

El manual del sector cinegético aclara que el consumo de carne de jabalí es seguro y no supone ningún riesgo para la salud humana, siempre que se sigan los controles veterinarios y sanitarios habituales. La peste porcina africana no se transmite a los seres humanos, por lo que no representa ningún riesgo sanitario para el consumo.

Dado que es posible que se incrementen las capturas de jabalí en los próximos años para controlar las densidades poblacionales, el consumo responsable de carne de caza contribuye a apoyar la gestión cinegética y las salas de despiece, evitando desperdicio y optimizando el aprovechamiento de este recurso natural.

Una manada de jabalís.

Fuentes fiables

Las entidades que han elaborado el manual del sector cinegético animan a todos los cazadores y gestores, así como a cualquier persona interesada, a consultar esta guía que se nutre de fuentes científicas y de administraciones oficiales.

El objetivo es obtener información veraz sobre el virus y contribuir de forma activa a su erradicación mediante protocolos contrastados. Las organizaciones han querido reconocer la labor de los cazadores que están demostrando su compromiso con la conservación, la biodiversidad, la sociedad y el sector agroganadero español, poniéndose a disposición de las administraciones y autoridades para sumarse a la lucha contra la peste porcina africana.