El caso de éxito sueco: cómo consiguió que la peste porcina africana no llegara a las granjas
España enfrenta el regreso del virus tras 30 años mientras Suecia ya lo erradicó en un tiempo récord
El modelo nórdico demuestra que cazadores y autoridades pueden frenar el virus cuando trabajan juntos

La detección de seis jabalíes muertos por peste porcina africana en Cataluña ha encendido todas las alarmas en España después de 31 años sin casos y puede tener un modelo de referencia en Suecia para luchar contra la enfermedad.
El brote en España, confirmado en Cerdanyola del Vallès el 26 de noviembre, ha provocado el cierre automático de exportaciones a países extracomunitarios y amenaza con causar pérdidas millonarias a la industria cárnica española.
Adiós a la peste porcina en Suecia
Sin embargo, el caso de la lucha de Suecia contra la peste porcina africana demuestra que es posible vencer a este virus letal en tiempo récord cuando se aplican las medidas adecuadas. El país nórdico consiguió ser declarado libre de la enfermedad en apenas un año, convirtiéndose en un referente mundial.
El primer caso de peste porcina africana en Suecia se detectó el 6 de septiembre de 2023, cuando un jabalí muerto en las afueras de Fagersta, en el condado de Västmanland, dio positivo en las pruebas. Las autoridades suecas reaccionaron de inmediato, estableciendo una zona infectada de aproximadamente 1.000 kilómetros cuadrados con amplias restricciones que entraron en vigor al día siguiente.
La respuesta fue tan rápida y efectiva que el 20 de septiembre de 2024 la Comisión Europea aprobó la solicitud del país para ser declarado oficialmente libre de la enfermedad.

Estrategia integral
El ejemplo de éxito del modelo de Suecia contra la peste porcina se basó en una combinación de medidas nunca antes vistas a este nivel con los cazadores como unos de los principales protagonistas.
Las autoridades establecieron un sistema de caza estratégica de jabalíes infectados que incluía batidas hasta tres veces al día para localizar animales muertos.
Se llegaron a sacrificar 116 jabalíes en la zona central para evitar la propagación, mientras que en total se encontraron 62 cadáveres de jabalíes infectados en un radio de cinco kilómetros en apenas tres meses. La eliminación sistemática de cadáveres fue clave para cortar la cadena de transmisión.
Cercas físicas
Las cercas físicas jugaron un papel fundamental en el plan de contención. Suecia instaló vallas alrededor de la zona central para limitar la propagación y el movimiento de los jabalíes, creando un perímetro de seguridad que impedía a los animales abandonar el área infectada.
Estas barreras se combinaron con el refuerzo de la bioseguridad en las granjas porcinas de la región, donde se aplicaron protocolos estrictos de desinfección y control de accesos. La coordinación entre autoridades, cazadores y la aplicación de tecnología avanzada permitió mantener bajo control una situación que podría haberse descontrolado fácilmente.
Tecnología punta
La aplicación móvil WeHunt, ampliamente utilizada por los cazadores suecos, se convirtió en una herramienta decisiva en la lucha contra la peste porcina africana.
Esta plataforma tecnológica permitió seguir y registrar los movimientos de los equipos de búsqueda en tiempo real, coordinar posiciones entre cazadores y compartir observaciones instantáneas desde el terreno.
Lo más innovador fue su integración directa con el sistema de datos de la Agencia Veterinaria Sueca, lo que permitió a las autoridades generar mapas de situación actualizados basados en los datos importados automáticamente.

El crucial papel de los cazadores
El papel de los cazadores locales resultó absolutamente crucial para el éxito de la operación. La Asociación Sueca de Cazadores recibió el encargo oficial de responsabilizarse de la búsqueda de cadáveres y la gestión de la población de jabalíes en la zona afectada.
Su conocimiento del terreno, su experiencia en rastreo y su capacidad de movilización inmediata fueron factores determinantes. Torbjörn Larsson, presidente de la Federación Europea para la Caza y la Conservación, elogió el papel crucial de los cazadores como guardianes y vigilantes de la salud de los bosques.
El contraste entre el caso de Suecia con la peste porcina y la situación actual en España es evidente. Mientras que el país nórdico tardó sólo 12 meses en erradicar la enfermedad en un espacio muy definido, España enfrenta ahora un escenario mucho más complejo.
Impacto económico
El impacto económico potencial puede ser muy crítico. Cataluña podría llegar a perder 1.000 millones de euros, según estimaciones del Govern, mientras que el mercado porcino representa el 19,3% de las exportaciones alimentarias catalanas.
España sacrificó 54 millones de cerdos en 2024, un 24% de la producción de la Unión Europea, y Cataluña concentra casi una cuarta parte del censo nacional. Países como Japón y México han suspendido todas las importaciones de carne de cerdo española, mientras que China ha cancelado las procedentes de doce empresas barcelonesas.

En España, la Fundación Artemisan lleva años advirtiendo sobre la necesidad de prepararse ante esta enfermedad. Según esta organización, los cazadores son «una pieza clave en el rompecabezas», principalmente por su capacidad para reducir poblaciones de jabalíes. Sin la colaboración activa de los cazadores, controlar la expansión resultaría «casi imposible y muy caro».
En este sentido, hace unos días, la propia fundación recordó las precauciones que los cazadores deben tomar a la hora de realizar una actividad cinegética para evitar la transmisión de este virus.
Lecciones para España
El brote catalán se ha producido en una zona densamente poblada, cerca del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona, y afecta al parque natural de Collserola, rodeado por núcleos urbanos como Sabadell, Cerdanyola, Ripollet, Sant Cugat y Rubí.
La sobreabundancia de jabalíes en España, con una población que se ha multiplicado por diez desde 1994, complica enormemente las labores de control.
Coordinación institucional
La rapidez en la respuesta institucional marcó la diferencia en el caso de Suecia peste porcina. La veterinaria jefa del país, Lena Hellqvist Björnerot, destacó que sin la Asociación Sueca de Cazadores, todos los cazadores locales que buscaron cadáveres, la cooperación de los municipios y el respeto de los residentes y comerciantes a las restricciones establecidas, no hubiera sido posible lograr la erradicación tan rápidamente. La colaboración entre todas las partes interesadas, desde las autoridades nacionales hasta los residentes locales, fue ejemplar.

El coste total de la gestión del brote ascendió a 113 millones de coronas suecas, equivalentes a 9,98 millones de euros al cambio actual. Esta inversión incluyó las operaciones de búsqueda, el sacrificio controlado de animales, la instalación de vallas, los sistemas de vigilancia tecnológica y el desmantelamiento posterior de toda la infraestructura de emergencia.
El proceso de desmantelamiento de las últimas restricciones y de la valla conllevó un tiempo de aproximadamente una semana tras la declaración oficial de país libre. Las autoridades suecas consideran que cada euro invertido valió la pena para proteger su industria porcina.
Vigilancia reforzada
La detección temprana fue otro pilar fundamental del éxito contra la peste porcina en el caso de Suecia. El sistema de vigilancia pasiva reforzada en Suecia permitió identificar rápidamente los casos sospechosos y actuar antes de que la enfermedad se propagara a las explotaciones porcinas domésticas.
Los científicos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomiendan que los Estados miembro afectados sigan centrando sus esfuerzos de seguimiento en este tipo de vigilancia, que ha demostrado detectar alrededor del 80% de los brotes en cerdos domésticos y el 70% de los casos en jabalíes dentro de la Unión Europea.
Fragilidades en el sistema español
España llevaba años preparándose para este escenario, pero el Ministerio de Agricultura detectó en abril de 2024 varias fragilidades en el sistema preventivo nacional.
Entre los principales problemas identificados figuraban la limitada concienciación y formación en temas biosanitarios, especialmente entre la comunidad cazadora, las deficiencias en bioseguridad en algunas explotaciones porcinas y la capacidad limitada de matanza en caso de foco grave. La experiencia de Suecia peste porcina demuestra que estos déficits pueden resultar críticos cuando llega el momento de actuar.

Modelo europeo
El método empleado en Suecia se considera ahora como un modelo a seguir para otros países europeos que se enfrentan la misma amenaza. La Federación Europea para la Caza y la Conservación ha señalado que la experiencia y los métodos suecos son un modelo a seguir.
Karl Ståhl, epizootólogo del Instituto Veterinario Nacional sueco, afirmó que las lecciones aprendidas en Fagersta serán clave para mantener el estatus libre de la enfermedad en todo el país y pueden ayudar a otros Estados miembros a combatir futuros brotes.
Amenaza persistente
Aunque Suecia ha sido declarada libre de la enfermedad, las autoridades advierten sobre la posibilidad de nuevos brotes y seguirán evaluando el manejo de la situación para mejorar la capacidad de respuesta ante futuras amenazas.
La peste porcina africana continúa presente en 13 países europeos: Italia, Alemania, Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, República Checa, Hungría, Grecia, Rumanía, Bulgaria y Croacia.
Los brotes en cerdos domésticos disminuyeron un 83% en 2024 en comparación con 2023, pasando de 1.929 a 333 casos, según datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria.
Rapidez y coordinación
El éxito de Suecia, junto con casos similares en Dinamarca, Bélgica y República Checa, demuestra que la erradicación de la peste porcina africana es posible incluso después de una incursión puntual por salto a larga distancia.
Sin embargo, requiere una respuesta inmediata, coordinada y basada en la colaboración entre todos los sectores implicados. Las enfermedades zoosanitarias están aumentando en Europa y suponen una amenaza significativa y creciente para la fauna salvaje y los sectores económicos, lo que exige una mayor vigilancia y esfuerzos coordinados en la gestión de las enfermedades a escala continental.
Un modelo a seguir
El modelo de Suecia que erradicó la peste porcina puede proporcionar guías valiosas para España en un momento crítico como el que se está viviendo en estos momentos.
Si las autoridades españolas logran replicar la rapidez de respuesta, la coordinación institucional, el uso de tecnología avanzada y la movilización efectiva de los cazadores locales que caracterizaron la estrategia sueca, existe la posibilidad de contener el brote actual antes de que cause daños irreparables a la industria porcina nacional.
El tiempo corre en contra, pero el precedente nórdico demuestra que incluso contra un enemigo tan peligroso como la peste porcina africana, es posible capear esta crisis veterinaria y económica en Cataluña y en España.