Investigación con delfines

La piel de los delfines desvela su bienestar emocional: un método pionero analiza hormonas sin invasión

La investigación del Oceanogràfic con delfines mulares logra analizar el cortisol y la oxitocina en la epidermis

El avance permite evaluar el estado de cetáceos tanto en cautividad como en libertad de forma continua

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Los delfines del Oceanogràfic de València han participado en un estudio pionero que demuestra que su piel puede revelar información crucial sobre su bienestar físico y emocional.

La investigación valida por primera vez un método no invasivo que permite analizar hormonas directamente en la epidermis de estos cetáceos. El hallazgo supone un avance significativo para la conservación marina.

El trabajo, liderado por investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la Fundación Oceanogràfic, con colaboración de la Universidad de Murcia, ha validado una técnica que detecta cortisol y oxitocina en la piel de los delfines mulares.

Estas hormonas actúan como biomarcadores del estado físico y emocional de los animales marinos. El estudio fue publicado en la revista científica ‘Animals’ (MDPI).

Método voluntario y seguro

Durante más de un año y medio, el equipo científico analizó muestras de piel obtenidas de forma voluntaria de cinco delfines mulares del Oceanogràfic (CACSA – GVA).

El proceso de validación resulta fundamental para cualquier indicador y es muy difícil de realizar en el medio natural. Requiere un conocimiento profundo y un seguimiento estrecho de cada individuo.

Recogida de muestra de piel en un delfín.

Las pequeñas cantidades de piel se recogen mediante un suave raspado con una tarjeta de plástico desinfectada sobre la aleta dorsal. Los delfines participan voluntariamente gracias al trabajo de los cuidadores y al refuerzo positivo implementado en el Oceanogràfic. Posteriormente, en el laboratorio, se extraen y analizan las hormonas objetivo del estudio.

Dos hormonas reveladoras

«El proceso de recolección es muy sencillo porque los delfines participan de forma voluntaria», explica Clara Agustí, investigadora de la UAB y autora principal del estudio. La técnica se basa en recoger piel descamada de forma natural, lo que minimiza cualquier impacto sobre los animales. Este enfoque no invasivo marca la diferencia frente a métodos tradicionales.

Los resultados revelaron que los niveles de cortisol, hormona asociada al estrés, variaban en relación con cambios físicos, tratamientos veterinarios y la estación del año. Esta hormona proporciona información valiosa sobre cómo los delfines responden a diferentes situaciones de su entorno. El análisis permitió detectar patrones que antes pasaban desapercibidos.

Interpretación del bienestar

En el caso de la oxitocina, vinculada al bienestar positivo y las interacciones sociales, los niveles fueron más bajos cuando se registraron indicadores negativos o durante el cierre del Oceanogràfic. Por el contrario, aumentaron en otoño, en momentos de máxima afluencia de público y tras ciertos tratamientos veterinarios. Este patrón refleja el papel dual de esta hormona.

La oxitocina puede aumentar tanto en situaciones positivas, como la interacción social, como en contextos de cambios o estrés, lo que exige una interpretación matizada. Los científicos destacan que ambas hormonas en piel actúan como biomarcadores potenciales del bienestar animal. Son capaces de reflejar cambios fisiológicos asociados al entorno y las condiciones sociales.

Visión integral del animal

El método se basa en el análisis de la epidermis, un tejido que se renueva continuamente y permite integrar la actividad hormonal durante varias semanas. A diferencia de la sangre o las heces, que reflejan estados momentáneos, la piel de los delfines ofrece una «fotografía ampliada» del equilibrio fisiológico del animal.

«Este método abre una nueva vía para estudiar el bienestar de los cetáceos de forma más continua y representativa», destaca Oriol Talló, coautor del estudio y supervisor del proyecto. Hasta ahora, la mayoría de indicadores sólo se analizaban en muestras que reflejaban momentos puntuales. La piel ofrece una visión más global y estable.

Aplicación en libertad

El enfoque permite hacer un seguimiento prolongado del estado de los delfines de forma menos invasiva, con menor impacto y mayor continuidad. Esta es una ventaja clave en especies cuyo manejo debe ser siempre cuidadoso y limitado. El método puede aplicarse tanto a animales bajo cuidado humano como a poblaciones silvestres.

La técnica abre nuevas posibilidades para comprender cómo influyen factores ambientales como la contaminación o el tráfico marítimo en el bienestar de los cetáceos. Los investigadores señalan que el análisis de piel en delfines en libertad podría proporcionar datos cruciales para su conservación. Esto resulta especialmente relevante ante las amenazas que enfrentan estas poblaciones.

Protocolo ético riguroso

El estudio se llevó a cabo con la participación de especialistas del Animal Welfare Education Centre (AWEC) de la UAB y del Interlab-UMU de la Universidad de Murcia. La recogida de muestras y la observación de los animales se realizaron bajo estrictos protocolos éticos y de bienestar. Contó con autorización del Comité de Bienestar Animal del Oceanogràfic.

Además de su valor científico y para la conservación, el trabajo tiene aplicaciones directas en el cuidado de los delfines. Proporciona una herramienta objetiva complementaria para monitorizar el bienestar y seguir mejorando las estrategias de cuidado animal. Con este avance y otros realizados en el pasado, el Oceanogràfic continúa siendo un referente internacional en investigación de biodiversidad marina.