Caza y plomo

Nuevo rifirrafe entre los científicos y los cazadores por los buitres y el plomo

Un estudio del IREC sobre la ingesta de munición en buitres leonados desata una nueva batalla dialéctica entre el sector cinegético y la comunidad científica

La Real Federación Española de Caza cuestiona las conclusiones del informe mientras los investigadores insisten en la amenaza para la conservación de la especie

  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Una nueva batalla entre el mundo científico y el sector cinegético sobre el uso del plomo en la munición de caza ha vuelto a estallar. El detonante ha sido un nuevo estudio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) que revela que los buitres leonados ingieren fragmentos de plomo procedentes de la caza.

La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha respondido con una contundente carta cuestionando no los datos, sino las conclusiones «sesgadas» del informe.

Un conflicto que viene de lejos

Este no es el primer enfrentamiento entre ambos sectores por la cuestión del plomo en la actividad cinegética. Como recogió OKGREEN en junio de 2024, la RFEC ya respondió duramente a una carta firmada por más de 130 científicos que instaban al Ministerio de Agricultura a prohibir la munición de plomo sin moratorias ni excepciones.

En aquella ocasión, la federación mostró su «preocupación por el profundo desconocimiento del sector cinegético» que revelaban instituciones como el CSIC o el propio IREC.

La tensión se había originado cuando el ministro Luis Planas defendió en Europa una moratoria de entre 5 y 10 años para la transición a municiones alternativas.

Los científicos rechazaron esta postura y exigieron la prohibición inmediata, argumentando que existían «alternativas seguras y efectivas» al plomo. La RFEC contraatacó señalando que no existían estudios sobre el impacto socioeconómico y ambiental de tal prohibición en España.

Buitre leonado volando

Los datos del estudio del IREC

Según el trabajo publicado en la revista Environmental Pollution, el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del IREC y el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) analizaron 673 egagrópilas recogidas en seis puntos de la provincia de Soria entre 2020 y 2023.

Las egagrópilas son bolas de restos no digeribles que las aves rapaces regurgitan después de alimentarse, conteniendo huesos, pelos, plumas y otros materiales que su sistema digestivo no puede procesar.

Los investigadores, liderados por científicos del IREC-CSIC de la Universidad de Castilla-La Mancha, detectaron partículas metálicas en un 11% de las muestras mediante rayos X y espectrometría de masas. Del total de muestras con restos metálicos, un 9,5% correspondía a plomo y el resto a cobre, confirmando que el 3,7% de los buitres ingiere munición de plomo diariamente.

Niveles de plomo en sangre

La investigación señala que la caza mayor es la principal fuente de exposición: el 39,1% de las egagrópilas con restos de ciervo o corzo contenían munición. Este porcentaje contrasta con el 3,8% en restos de animales domésticos y el 18,8% en los de jabalí.

Los científicos subrayan que España alberga el 90% de los buitres leonados europeos y que más de la mitad presenta niveles de plomo en sangre superiores a 20 µg/dL, considerados peligrosos.

La contundente respuesta de la Federación

Josep Escandell Martínez, presidente de la Real Federación Española de Caza, ha firmado un editorial titulado No es el buitre, es el plomo cuestionando duramente las conclusiones del estudio.

La federación no disputa los datos del IREC, que califica de «sólidos como se presupone a un centro de investigación de primer nivel», pero rechaza la interpretación de que esto suponga una «amenaza muy relevante» para la conservación del buitre.

El argumento principal de la RFEC es demoledor: si el plomo es tan devastador, ¿por qué las poblaciones de buitres siguen multiplicándose en lugar de extinguirse?

Cazador con su perro.

Los datos de los censos

Según los datos que aporta la federación, en Soria los censos registraron 881 parejas en 2007, 910 en 2010 y 1.063 en 2018, una tasa de crecimiento sostenida del 10,5%. En Castilla y León, el buitre leonado ha crecido entre un 17,5% y un 26% en la última década, y el buitre negro se ha triplicado en los últimos 22 años. Escandell sugiere irónicamente que el titular del estudio podría haber sido «La población de buitres mantiene su evolución demográfica gracias a la caza» sin perder validez.

La RFEC también destaca el papel de la caza como fuente de alimento para los buitres en un contexto de declive ganadero. Las cabezas de ovino en Soria han caído un 47% en 13 años, de 267.437 en 2010 a 141.564 en 2023. En este escenario, argumentan, la caza «viene a suplir la carencia y proporciona recursos abundantes que de otro modo no existirían».

Aprovechar el debate europeo

El presidente de la RFEC concluye reconociendo que «nadie niega que el plomo sea tóxico» pero exige dejar de señalar un problema conocido para trabajar en encontrar alternativas viables. Acusa a los investigadores de no buscar un equilibrio entre caza y conservación, sino de «demonizar el metal aprovechando que el debate está candente en Europa».

La federación insiste en que el estudio no demuestra perjuicios directos para la salud de los buitres: ni afecciones circulatorias, ni daños neurológicos, ni descenso reproductor, ni mortalidad confirmada por plomo.