La Federación de Caza responde a la carta de los científicos contra la munición de plomo
La Real Federación Española de Caza apoya al Ministerio de Agricultura que también defiende una moratoria para prohibir la munición de plomo


La moratoria para cesar en el uso del plomo en las actividades cinegéticas ha encendido la mecha de un enfrentamiento entre el sector de la caza, representado por la Real Federación Española de Caza (RFEC), y la postura de científicos que han instado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) a que se prohíba este tipo de munición.
Todo este conflicto se inició cuando el titular del ministerio, Luis Planas, intervino el pasado 26 de mayo en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la Unión Europea, mostrando la firme oposición del Gobierno español a la propuesta de prohibir inmediatamente el uso de munición de plomo.
Esta medida, que contiene una serie de plazos para su implantación, es rechazada por la propia RFEC y varios Estados miembro por precipitada y por el poco tiempo para buscar una alternativa al plomo, una opción que «actualmente no existe en el mercado», según indican a OKGREEN fuentes de la federación.
Una transición más larga
Durante su intervención, el ministro Planas expresó la necesidad de establecer «un periodo de transición más amplio» para que el sector pueda adaptarse. Además, solicitó una excepción concreta dirigida a luchar contra la creciente y problemática población de jabalíes, poniendo como argumentos los perjuicios a la agricultura y a la sanidad animal.
Según la publicación especializada Jara y Sedal, «14 Estados miembro han expresado abiertamente su oposición a la iniciativa comunitaria. Entre ellos se encuentra España, que considera que las condiciones planteadas en el borrador del reglamento no sólo son poco realistas, sino que pueden tener consecuencias devastadoras para el mundo rural».
Carta de los científicos al MAPA
A raíz de esta intervención, sectores científicos enviaron una misiva al ministerio instando al Gobierno español a la prohibición del uso del plomo en la caza. Esta nueva carta fue firmada por investigadores del IDAEA-CSIC, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y de la Estación Biológica de Doñana.
En una contundente carta más de 130 científicos respaldan instaban al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) del Gobierno de España «a no aplicar moratorias ni excepciones al borrador de la restricción propuesta por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) sobre el uso de plomo en la munición de caza y en la pesca».
Tiempo insuficiente
Además, en su intervención en Europa, Planas mostró claramente que el periodo de transición a otro tipo de munición, en principio de acero, era insuficiente y apuntó que se barajara una horquilla de entre 5 y 10 años para la adaptación a la misma.
En cuanto al control de la población de jabalíes, expresó que «me parece un tema de alto riesgo para la agricultura y la sanidad animal y entendemos que debería establecerse una excepción referida exclusivamente al uso de munición de plomo para el control poblacional».
Respaldo al ministerio
En este sentido, la Real Federación Española de Caza ha mostrado su postura de desaprobación a la carta elevada al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. También defiende y «respalda la posición del MAPA en la necesidad de aplicar una moratoria y de contemplar excepcionalidades como única vía para avanzar en una transición».
La federación, entidad que aglutina a más de 330.000 cazadores federados, ha querido manifestar su preocupación «por el hecho de que las principales instituciones científicas del país, como el CSIC o el IREC, revelen tan profundo desconocimiento del sector cinegético».
LA RFEC destaca que la actividad cinegética es «un actor fundamental en el equilibrio y sostenibilidad de los ecosistemas de todo el territorio nacional y un activo clave para el desarrollo de numerosas investigaciones en beneficio de la fauna silvestre».
Alternativas al plomo
En su carta, los firmantes aseveran que existen alternativas «seguras y efectivas» al plomo, cuando la realidad es, según la RFEC, «que no existen estudios que sopesen el efecto de su prohibición en el contexto socioeconómico y ambiental de España».
En este sentido, destacan los cazadores que, en particular, que este cambio afecta «a la seguridad para el usuario, la compatibilidad con el parque de armas existente, la eficacia en la caza, la viabilidad económica en el escenario de caza de gestión, o la disponibilidad del recurso alternativo en la fabricación de munición a corto y largo plazo».
Dudas por ambas partes
Según la federación, los firmantes de la carta muestran sus dudas sobre la capacidad de las administraciones públicas para diferenciar las acciones de control poblacional de las acciones de caza deportiva.
En respuesta a esta postura, responde la RFEC que «parecen desconocer que, hoy, la caza ha dejado de ser exclusivamente un acto libre de desarrollo lúdico, tradicional o deportivo para convertirse principalmente en una herramienta de gestión, indispensable para hacer frente a realidades como el incremento de los daños agrícolas causados por la fauna silvestre, o el aumento de los accidentes de tráfico causados por la fauna cinegética».
Cooperación con las administraciones
Defienden que en la actualidad, «en un ejercicio de cooperación» entre administraciones y cazadores, se resuelven con solvencia temas como «las autorizaciones para el control poblacional, la declaración de comarcas de riesgo cinegético, la declaración de sobreabundancias».
También reseñan que este entendimiento resuelve la habilitación de períodos extraordinarios, son mecanismos habituales de gestión bajo los cuales se producen ya la mayor parte de los abatimientos de especies cinegéticas en España.
Alimentación humana o animal
Los investigadores plasmaban en su misiva que «los animales abatidos (en controles poblacionales) seguramente se usarán para alimentación humana o animal» una afirmación que la RFEC tilda de «broma».
Una posición que desde la RFEC contraponen declarando que «la gestión de los animales abatidos se ha convertido en el caballo de batalla de las federaciones de caza y las administraciones autonómicas, dada la imposibilidad práctica de introducir estos canales en los circuitos de donación o mercado, y la imposibilidad operativa de gestionar los excedentes».
Objetivo de interés común
Desde la RFEC se expresa que «la erradicación del uso del plomo es un objetivo de interés común que no puede anteponerse a la resolución de cuestiones de salud pública y seguridad ciudadana, que se manifiestan en evidencias fácticas».
Abunda en este sentido en el «incremento de accidentes de tráfico o los daños a la agricultura producidos por especies cinegéticas, pero sobre todo en amenazas potenciales como la posible irrupción de epizootias zoonóticas de magnitudes incalculables, como la peste porcina africana».
Una transición con consenso
«La transición hacia una caza sin plomo requerirá de escuchar, aunar y convencer a todos los sectores y agentes implicados», apunta el sector de la caza.
Añaden que realizar esta transición con carácter de urgencia o convertirla «en una batalla ideológica a través de manifiestos valorativos y poco fundados sólo conseguirá enfrentar a los colectivos interesados y dificultar la aplicación, y resulta desafortunado que dichos posicionamientos procedan de entidades científicas a las que se les presupone como principal valor y utilidad su objetividad».
Por ello, la federación refuerza explícitamente al MAPA en su labor de escucha y defensa de las necesidades del sector cinegético, y aboga por la moratoria de la prohibición del uso de munición de plomo hasta que exista una alternativa satisfactoria en toda su dimensión: económica, social y balística.