ENTREVISTA OKGREEN

Eva Torremocha: «El campo español necesita relevo generacional, más agricultores y más ganaderos»

Entrevista a la responsable del área de Alimentación Sostenible en España de la Fundación Daniel y Nina Carasso

La Fundación ha puesto en marcha Ruralitud, una innovadora herramienta digital para acompañar a los nuevos proyectos productivos agrícolas en clave ecológica

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Cómo ayudar e impulsar el emprendimiento agroecológico en España. Es una de las misiones que se ha propuesto la Fundación Daniel y Nina Carasso con el lanzamiento de la web Ruralitud, una herramienta gratuita, cercana y clara que pretende acompañar en el proceso de ser agricultor o ganadero ecológico.

Cada vez son más las personas que, preocupadas por el medioambiente y la alimentación saludable, optan por la producción agroecológica en pequeñas fincas y en sintonía con la biología y el ecosistema.

De este modo se pretende comercializar sus productos en canales cortos y de proximidad, poniendo en valor el territorio y la cultura ligada a los alimentos, y distribuyendo de manera justa la ganancia a lo largo de la cadena.

Líder en agroecología

Muestra de este interés es que España es el tercer país con más superficie en cultivo ecológico del mundo y el primero de Europa, con un 10,24% de la Superficie Agrícola Utilizada (SAU).

Para ello, la Fundación Daniel y Nina Carasso ha puesto en marcha Ruralitud, una innovadora herramienta digital para acompañar a los nuevos proyectos productivos agrícolas en clave ecológica.

Orientada a favorecer un relevo generacional y una incorporación de jóvenes en el sector agrario, esta plataforma busca contribuir a un sistema alimentario sostenible. La web ofrece guías prácticas, recursos de consulta y ejemplos de iniciativas exitosas que ya están en marcha en España, representando una muestra significativa de Sistemas Alimentarios Territorializados (SAT).

Guía gratuita

En este contexto, Ruralitud sirve como guía gratuita para la reflexión de quienes piensan en su incorporación profesional al sector agrario. Aborda este proceso desde el contexto personal propio y plantea diversas prácticas sostenibles. Se trata de una herramienta viva que ha iniciado con la agricultura y que se irá actualizando para incluir también ganadería y pesca.

La web está estructurada en tres grandes segmentos: Orientación, que plantea seis capítulos de análisis, recomendaciones y buenas prácticas; Iniciativas inspiradoras, con 65 casos de éxito que actualmente se desarrollan en el territorio español; y Recursos, un compendio de bibliografía y web que permite ampliar la información y buenas prácticas expuestas en el primer segmento.

Agricultura en Can Calafell, Cataluña. (Foto: Oriol Clavera – RETA-ARCA)

Emprendimiento agroecológico

Ruralitud surge del trabajo conjunto de la Fundación Daniel y Nina Carasso con el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI), cuyo informe de 2022, El camino hacia el empleo agrario en los Sistemas Agroalimentarios Territorializados, ha sido la base para crear esta plataforma digital como elemento de consulta y contribución al emprendimiento agroecológico.

Para conocer más a fondo Ruralitud y la situación del campo, entrevistamos desde OKGREEN a Eva Torremocha, responsable del área de Alimentación Sostenible en España de la Fundación Daniel y Nina Carasso.

OKGREEN: ¿Por qué surge un recurso para el emprendimiento del sector agrario como Ruralitud?

Eva Torremocha: Pues surge de estar trabajando en el mundo de la alimentación en general y por lo tanto, de la agricultura, la ganadería y la pesca. Y de esa voluntad de acompañar un esfuerzo colectivo de muchísimas entidades por conseguir, lo digo muy claro: en España necesitamos relevo generacional en el campo, necesitamos más agricultores y ganaderos en el campo.

P.: ¿A qué personas estaría dirigida esta forma de impulsar el emprendimiento rural?

R.: Pues donde hemos intentado ser un poco innovadores o aportar una herramienta que nos parecía que todavía no existía, era justamente en pensar en personas que no vienen del sector agrario.

Muchas de las personas que retoman una actividad agraria vienen del mundo agrario. Entonces, si queremos que haya más, tenemos que ir a buscarlas fuera de ese mundo agrario. Y es un poco el objetivo de Ruralitud, de esta web, de estar a disposición de todo el mundo, tener un diseño también atractivo, salir de los prejuicios y los estereotipos más agrarios y un poco ofrecer esta herramienta.

En definitiva, a cualquier persona que a lo mejor ni siquiera se le ha pasado por la cabeza que podía ir a trabajar al campo y que el campo puede ser su proyecto de emprendimiento.

P.: ¿Cómo es el viaje por la web Ruralitud y qué van a encontrar las personas que quieran emprender en la agricultura sostenible?

R.: Pues hemos intentado pensar realmente en todos los perfiles que nos podíamos encontrar y entonces al final nos ha un modelo que reconstruye tu propia aventura, con seis capítulos donde cada persona va a poder entrar según se identifique.

Hay personas que a lo mejor han heredado tierras y dicen, oye, pues a lo mejor me puedo plantear cultivarlas. Esas personas tendrán un capítulo sobre lo que hemos llamado la base territorial.

Hay otras personas que lo que saben es que quieren estar al aire libre, que un trabajo de oficina con ordenador no es lo suyo. Gente que ya le ha picado el gusanito que ha visto su huerto, que viene del huerto escolar, a lo mejor que le gusta eso de ver crecer las patatas y las berenjenas.

Una persona que dice ¿cómo podría formarme y acercarme a esto para entender realmente qué es una profesión? Tenemos seis capítulos que son seis puertas de entrada a partir de la cual ya rascar y remontar para el objetivo final, que es diseñar su propio proyecto de emprendimiento del mundo agrario.

P.: Llama la atención en esos capítulos de la web Ruralitud uno que pregunta cómo es el campo en España. ¿Cómo es el campo en España ahora mismo?

R.: Pues está lleno de incertidumbres y de paradojas, porque el campo es absolutamente necesario. Lo hemos visto durante la pandemia. De repente todo el mundo se dio cuenta de que necesitamos campo, agricultores, ganaderos y pesca… pero nadie quiere ser agricultor.

El campo decimos que es una profesión dura, pero para algunas personas es más duro. Hace tres días estaba hablando con un hortelano que me decía «yo no podría estar como vosotros sentados en un ordenador todo el día, para mí sería un sufrimiento». Entonces sí es verdad que lo vemos duro, pero para otras personas es la libertad. Es el aire libre.

Depende de condiciones climatológicas, sí, pero no es el único empleo que depende de ellas. Se nos olvida que hay muchos más que están al aire libre y bueno, es un mundo, es una profesión. En realidad, no tiene mayor diferencia que el resto de profesiones.

Como todo tiene que gustar, tendrá sus aspectos buenos, que nos gustan, otros que no. Quizá se pueda destacar también que es un mundo muy burocratizado.

La mayor queja del sector profesional agrario es la cantidad de administración y papeleo que tiene que hacer. Pero nuestras administraciones están trabajando constantemente en simplificar eso, así que pronto se irá resolviendo. Esperemos.

P.: ¿Habláis de que el modelo agroecológico es la salvación de las pequeñas explotaciones? ¿Cómo es posible que sea así? ¿Cómo convencer a la sociedad de que éste es el camino?

R.: Pues en realidad tiene que ver con una cuestión de adaptabilidad. Es decir, es verdad que el modelo que se ha ido desarrollando a nivel es el monocultivo, es la escala, la economía de escala y eso hace que al final, pues o se crece o se muere.

Y en realidad, la gente que también quiere emprender a nivel individual o colectivo, pero a pequeña escala familiar, necesita otras herramientas, otro enfoque y otro tipo de manejo que le permita no luchar contra ese mundo.

Son dos mundos distintos. Y yo creo que aquí hay sitio para todo el mundo y la agroecología ofrece unas herramientas adaptadas. Por ejemplo, permite de reducir el coste y la dependencia de los insumos, que son todos fertilizantes, semillas, todo lo que se necesita para producir la agroecología con un buen conocimiento, una buena formación y un buen manejo.

Tu propia parcela te puede ayudar a gestionar todas las plagas. Por lo tanto, estás reduciendo el coste de compra y el coste de producción de compra de insumo y de producción. Es decir, son estrategias adaptadas a una escala familiar, a una escala de pequeña de pequeña parcela o mediana.

La clave de todo es la diversidad, el no meter todos los huevos en la misma cesta, que es una cuestión como de sentido común, y la agroecología también es una herramienta.

También cada vez hay más preocupación y curiosidad por el conocimiento de lo que supone el modelo más productivista tanto para el medioambiente como para nuestra salud.

Somos conscientes de la obesidad, que cada vez hay más obesos en el mundo y en España, y también somos conscientes de la contaminación de nuestros ríos. Somos conscientes de la fatiga del suelo, que un exceso de un mismo cultivo año tras año cansa al suelo y hace que ya pierde fertilidad y no produce tanto.

Entonces vamos siendo conscientes como sociedad de que ese modelo productivo está empezando a llegar a sus límites o ha llegado ya a sus límites hace un tiempo.

P.: Existen tres elementos esenciales para iniciar un proyecto de agroecología en España. ¿Cuáles son?

R.: Primero, la motivación que yo creo que es algo común a cualquier emprendimiento. Hay que hay que entender que realmente esto gusta, porque como cualquier emprendimiento va a llevar su sacrificio.

Después el conocimiento, el tener muy claro dónde vamos, no lanzarse a la aventura y decir ya iré resolviendo. No, hay que tener una planificación porque al final, de nuevo el emprendimiento en el campo, insisto, como cualquier otro necesita de una inversión. Y una vez que nos hemos metido en esa inversión, resulta difícil dar marcha atrás.

Entonces es necesario formarse, conocer y tener un buen proyecto, un plan de negocio, porque parece que esto en el campo no se tiene muy en cuenta, pero sí son negocios y hay que saber dónde vamos.

Y en el caso de emprendimientos de pequeña escala, también es importante considerar en algún momento de todo el proceso, desde la producción hasta la comercialización y transformación.

P.: Una de las cosas atractivas de la guía Ruralitud es que hay iniciativas inspiradoras. 65 casos de éxito que actualmente se desarrollan en nuestro país. ¿Cuál es el secreto de su éxito?

R.: Yo no he podido conocerlas todas. Ahí es donde se ha hecho un magnífico trabajo de catalogación, identificación y contacto con todas estas iniciativas. He de comentar que hay 65, pero es sólo el inicio.

Diría que es tener las ideas claras, tener esa ese amor o esa necesidad de ser su propio jefe, de estar al aire libre. Yo creo que eso es clave y después disfrutar con lo que se hace.

Y muchas de las iniciativas también reconocen que las personas que se han encontrado en el camino una vez que se intenta rodear, de gente o de iniciativas, de personas que comparten eso contigo, pues que hay como mucha solidaridad y mucho compromiso entre unas y otras.

Entonces eso es verdad que al final te genera un ecosistema de trabajo agradable y la verdad que a veces está emocionante. Muchas veces nos traducen esa emoción. Es decir, aquí lo pasé un poco mal, pero estaban ahí para ayudarme y se ve que hay esa solidaridad en realidad de iniciativas.

P.: Esta guía gratuita está impulsada por la Fundación Daniel y Nina Carasso. ¿Cuál es la misión de vuestra fundación?

R.: Pues tenemos una misión fácil de decir y más compleja de abordar. Nuestro objetivo es acelerar la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles y por eso una de las patas es localizar. En la medida de lo posible, seguiremos tomando café y té, aunque aquí no se produzca. Eso es así. Somos conscientes.

No se puede localizar todo, pero sí intentar localizar al máximo nuestros sistemas alimentarios por generar empleo, por generar, recuperar y generar dietas alimentarias que ayuden a nuestra salud, que tu alimento sea tu salud, porque eso siempre fue así y lo hemos perdido un poco. Ahora mismo nuestro alimento en ciertos aspectos nos provoca distintas enfermedades.

También nuestra misión es cuidar el medioambiente, nuestro territorio, nuestros paisajes, nuestros ríos, Porque, claro, además de ser local, queremos transitar hacia lo ecológico y prácticas agroecológicas que no dañen tanto al ecosistema.