TRIBUNA OKGREEN

CAFE, un reto para la sostenibilidad y para las infraestructuras

Bastien Verot, co-CEO de Electra en España

A partir del 1 de enero de 2025, la normativa CAFE (por sus siglas en inglés, Clean Air For Europe) entra en una nueva fase de su estrategia contra la contaminación atmosférica en Europa.

Creada en 2001 y con una hoja de ruta que se extiende hasta 2030, esta iniciativa de la Unión Europea incluye propuestas legislativas dirigidas a conseguir una disminución de los efectos nocivos de la contaminación sobre la salud y el medioambiente a través de la reducción de emisiones de dióxido de carbono provenientes de los vehículos de combustión, y de la dependencia de combustibles fósiles.

Las nuevas exigencias impuestas a los fabricantes de automóviles, que deben reducir las emisiones de CO₂ de sus vehículos a una media de 93,6 gramos por kilómetro, frente a la limitación actual de 115,1, suponen un importante contratiempo para la industria del motor.

Esta normativa, cuyo incumplimiento podría conllevar sanciones de hasta 15.000 millones de euros, forma parte de una estrategia más amplia que tiene como objetivo la electrificación del transporte para 2035, cuando se quedará prohibida la venta de vehículos nuevos con motor de combustión en Europa.

El impacto de CAFE en España

Para comprender el cambio qué supone la aplicación de los requisitos de esta nueva fase de CAFE, debemos poner en contexto el estado actual del parque móvil de nuestro país. Partamos del hecho de que, en España, el 95% de los vehículos fabricados son de combustión.

A esto debemos añadir que, según datos publicados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), la antigüedad media del parque móvil de turismos es de unos 14 años y más de 7,7 millones de vehículos supera las dos décadas.

Si a este escenario le sumamos que por nuestras carreteras circulan alrededor de 7 millones de automóviles que no disponen de distintivo medioambiental, y que apenas 1,7 cuentan con etiqueta ECO o 0 (Cero), no nos será difícil comprender la complejidad que supone esta adaptación y, a su vez, entender la urgente necesidad de transformar el modelo de movilidad en España para alinearlo con los objetivos medioambientales fijados por la Unión Europea.

Es en este punto donde los vehículos eléctricos deben asumir su papel como protagonistas principales de este cambio. La Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), afirma en su Anuario 2023-2024 de la Movilidad Eléctrica que, a fecha 31 de diciembre del 2023, España contaba con un parque móvil electrificado (vehículos puramente eléctricos e híbridos enchufables) de 466.178 unidades.

Esta cifra está todavía muy lejos del objetivo fijado por el Gobierno, que mantiene en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que en 2030 transitarán por las carreteras del estado 5,5 millones de vehículos eléctricos.

La realidad actual es que estos vehículos apenas suponen hoy un 4,5% de la cuota de mercado, y para cumplir con este más que ambicioso objetivo, sería necesario que la mitad de las matriculaciones realizadas cada año pertenecieran a un automóvil eléctrico.

Más flotas y logística con motor eléctrico

Para que CAFE alcance sus objetivos y la adopción de vehículos eléctricos se torne masiva, no debemos olvidar a dos agentes fundamentales: las flotas comerciales y la infraestructura de recarga.

Más allá de los vehículos particulares, la electrificación de las flotas corporativas será uno de los factores que determinarán el éxito de la transformación de la movilidad.

Debido a su actividad diaria para la realización de actividades logísticas, representan una parte importante de las emisiones que genera el sector del transporte y, si bien es cierto que cada vez más empresas son conscientes de la necesidad de reducir su huella de carbono mediante la adquisición de modelos propulsados por energías limpias, normativas como CAFE se convierten en aceleradoras del cambio.

Pero los vehículos eléctricos necesitan recargar, y la infraestructura de acceso público en España, aunque crece a buen ritmo, es todavía insuficiente para dar servicio de manera masiva.

Su distribución desigual (focalizada en grandes ciudades y autopistas, olvidando las zonas rurales), y la falta de puntos de recarga ultrarrápidos, son algunos de los obstáculos a superar para avanzar hacia la descarbonización del sector del transporte, tal y como demanda la Unión Europea.

La norma, en fin, entra en vigor estemos o no preparados para ella. La cuestión es cómo desde todos los ámbitos de la industria y la economía podemos impulsar su cumplimiento. Un cumplimiento clave para la sostenibilidad de nuestras ciudades.

Bastien Verot es co-CEO de Electra en España¡