Cada año tiramos en torno a 931 millones de toneladas de comida

La industria agroalimentaria mundial consume un 30% de la energía que producimos y emite un 22% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. Según datos oficiales de Naciones Unidas, cada año tiramos en torno a 931 millones de toneladas de comida. Esta cifra representa el 17 % de los alimentos disponibles. Si miramos a nuestro país, entre un 30 y un 50% de los comestibles acaban desechados.

El último informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición muestra que, cada vez producimos más (luego, contaminamos más) y, sin embargo, el mundo está retrocediendo en los esfuerzos por eliminar el hambre y la malnutrición. Así lo demuestran los datos de 2021: 828 millones de personas en todo el mundo estuvieron afectadas por el hambre, unos 46 millones desde 2020. Al mismo tiempo, si miramos las cifras de obesidad en los países desarrollados, son cada vez más preocupantes: el 26% de la humanidad padece obesidad o sobrepeso. La OMS advertía el pasado 2022 que la obesidad había alcanzado «proporciones epidémicas» en Europa. En EEUU lo hizo hace décadas. Si analizamos el recién publicado Atlas mundial de obesidad 2023, observamos que predice que más de 4.000 millones de personas en el mundo, el 51% de la población global, sufrirán sobrepeso y obesidad en 2035, frente a los 2.600 millones de 2020.

Es decir, los países desarrollados producimos más que nunca, nos malnutrimos y desperdiciamos, mientras otra parte de la población vive sin prácticamente poder alimentarse. Dos problemas que desgraciadamente están presentes, convergen y deben concienciarnos de una producción y consumo responsable.

Resulta que la producción de alimentos representa un 1/3 de los gases de efecto invernadero a nivel mundial. Luego, si solamente produjésemos los alimentos que vamos a consumir, evitaríamos el 5,6% de los gases efecto invernadero totales del planeta.

Conocedora de este escenario, Bruselas busca reducir el desperdicio alimentario per cápita en un 30% tanto en supermercados como en hogares y restaurantes, además de un 10% adicional en el ámbito de la manufactura y el procesado.