ENTREVISTA OKGREEN

Ángel León Panal: «Hay que hablar aún más del cambio climático para que el mensaje cale»

Biólogo, escritor, divulgador científico y autor de "Historia del cambio climático"

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

¿Somos conscientes de que estamos sufriendo ya las consecuencias del cambio climático? Gracias a libros como Historia del cambio climático, podrás conocer qué es y cómo surgió el concepto, cuándo y quiénes le pusieron nombre, cómo etiquetaron uno de los fenómenos más recientes causados por el hombre y los efectos de uno de los mayores retos a los que se enfrenta la especie que lo ha provocado.

Del cambio climático hablamos los periodistas, los políticos, incluso ya las empresas y los ciudadanos cuando lo sufrimos directamente. Los científicos llevan ya hablando sobre este proceso desde el siglo 19 de forma desigual sobre sus causas y sus efectos.

Para desentrañar el origen científico de este evento mundial que nos hace ver fenómenos climatológicos extremos y efectos en la biodiversidad, está la obra de Ángel León Panal, Historia del cambio climático, que viaja a lo largo de los siglos para rastrear su comienzo, la evolución de su descubrimiento y los efectos en la biosfera.

Optimistas y cabezotas

Con un relato ameno y bien documentado, León Panal, un biólogo apasionado por la divulgación científica, autor de libros como Historia de las especies invasoras, nos descubre el recorrido histórico de cómo la comunidad científica ha ido comprendiendo e identificando la crisis climática a la que nos enfrentamos.

Para conocer más al autor de Historia del cambio climático, y lo que se puede descubrir en su libro, entrevistamos a Ángel León Panal desde OKGREEN, quien nos advierte que tenemos que estar pensando ya en aceptar que hay que adaptarse y reaccionar ya para mitigar sus efectos.

También se muestra convencido de que tenemos que ser optimistas y  cabezotas para cambiar lo que se nos viene encima.

OKGREEN: ¿Qué te impulsó a escribir este libro?

Ángel Luis León: Sí, bueno, yo quería escribir este libro porque quería explicar cómo la ciencia descubrió cómo es el cambio climático y quería ver cómo se había dado todo ese proceso. No a través de la historia de la ciencia, sino del momento en el que se da cuenta la comunidad de que el cambio climático actual tenía un origen antropogénico

Quería hablar de todo ese descubrimiento, toda la historia que hay detrás. Y curiosamente, toda esta historia, me llevó a conocer un montón de historias interesantes como la de Eunice Foote, una científica del siglo 19, que en 1856 fue la primera persona que llegó a decir que una atmósfera con más CO2 provocaría un calentamiento.

Portada del libro «Historia del Cambio Climático» publicado por la editorial Guadalmazán

O, por ejemplo, de otro científico que finales del mismo siglo 19, calculó por primera vez cuánto aumentaría la temperatura de la Tierra en función del aumento del CO2. O incluso ya en el siglo 20 aparecen debates más interesantes como uno que hubo en los años 70 entre distintas partes de la comunidad científica que debatían si se iba a producir un calentamiento y, por otro lado, había otras personas que lo que opinaban era que iba a provocar una glaciación…

Todo ese tipo de historias son las que cuento en el libro y permiten un poco entender cómo se ha ido construyendo la ciencia del cambio climático y una perspectiva muy interesante a la hora de comprender cómo se construye el conocimiento científico.

P.: ¿Cuándo se comenzó a hablar del cambio climático en clave científica y se dijo que estamos sufriendo un cambio de clima? ¿Existe una fecha oficial?

R.: Es un debate que llevaba mucho tiempo sobre la mesa. A partir del siglo 19 empiezan a surgir voces que dicen «oye, a lo mejor va a haber un cambio climático. Se va a producir un calentamiento por las emisiones de CO2…».

De hecho, había algunas posturas en el 19 que lo que pensaban es que ese calentamiento iba a ser beneficioso para la humanidad. E incluso hubo otras personas que llegaron a proponer el quemar las minas de carbón que ya no se estaban usando.

Sabían que la combustión del carbón estaba provocando un calentamiento… Dijeron, «pues vamos a quemarlas. Vamos a quemar esas minas que ya están inservibles para que se produzcan emisiones y que calienten la tierra». Unas propuestas de científicos de la esfera del norte de Europa que tenían un clima bastante frío…

Estas ideas iban surgiendo, se iban confrontando con otras ideas. Entonces aparecían y se volvían a mandar a la papelera de reciclaje. Y ya a mediados de los ochenta podíamos hablar que emerge un consenso científico de que sí se va a producir un calentamiento global, un cambio climático antropogénico.

Y la causa inicial es del CO2 y de otros factores de efecto invernadero, como el metano. Entonces es cuando se empiezan a hacer los famosos informes del IPCC y se da el pistoletazo de salida a las cumbres del clima.

La foto de Nima Sarikhani premiada en el concurso del Museo de Historia Natural de Londres representa uno de los efectos del cambio climático

P.: ¿También se habla de que íbamos a sufrir un cambio climático hacia temperaturas más bajas?

R.: Sí, es un debate que se produjo en los años setenta. En los años sesenta o setenta confluyen otras dos hipótesis. Con la polución humana, provocada por los incendios forestales, la agricultura y la multitud de fábricas que liberaban compuestos de azufre a la atmósfera, habían observado que todo esto tenía un efecto parecido al que producen los volcanes, cuando liberan cenizas y se provoca un enfriamiento.

Entonces surgen algunos científicos que, de hecho, algunos de ellos le llegan a mandar una carta al presidente Nixon de Estados Unidos advirtiendo de que iba a venir una glaciación.

Esto se contraponía con otras pruebas que decían claramente que el CO2 calentaba la atmósfera. Entonces no estaba claro si lo que iba a prevalecer era el calentamiento o el enfriamiento.

P.: ¿Crees que se habla mucho del cambio climático? ¿Los ciudadanos ya no le prestan tanta atención como si lo hubieran normalizado?

R.: Yo no creo que se haya hablado demasiado del cambio climático. De hecho, yo lo que tengo es la impresión es que tenemos que hablar mucho más. Por ejemplo, me remito a lo que te comentaba antes de que a mediados de los 80 teníamos ya el consenso científico de que el cambio climático se va a producir.

Entonces se producen una serie de movimientos para buscar, una solución a esto. Se ponen en marcha las cumbres del clima. Los países empiezan a prometer cosas y demás.

Fíjate la cantidad de tiempo que llevamos ya diciendo tenemos que solucionar esto, pero en la actualidad, cuando tú lo miras es verdad que la gente que sigue el día a día las cumbres del clima te van a decir que sí, que ha habido avances, pero, visto desde fuera, parece que siempre estamos en la misma línea de salida para solucionar el problema.

Entonces mi impresión es que la sociedad en general, y yo aquí meto a lo que sería al gran público, a los gobiernos y a las empresas, todavía no ha normalizado el problema, sino que en realidad da la impresión de que no nos hemos puesto manos a la obra.

Por este motivo te digo que no creo que se haya hablado demasiado del cambio de climático. Tenemos que hablar aún más del tema para que ese mensaje cale y la gente empiece a ser consciente de cuál es el problema.

P.: ¿Cuál crees que sería el ejemplo más claro que podrías dar para alertar que vamos hacia un desastre si no le ponemos remedio?

R.: Sí, yo creo que el escenario más grave, trágico o alarmante de todo esto es que estamos ya encaminados hacia un cambio de escenario. Realmente cuando miras el tiempo geológico, el clima ha sido bastante estable durante el Holoceno. Es el periodo geológico más reciente que, al tener un clima más o menos estable, permitió el desarrollo de las civilizaciones humanas.

Vale, entonces, ¿qué pasa? Parece que nos encaminamos hacia fenómenos extremos que van a ser aún más extremos. Y van a ser aún más frecuentes. Lo que va a dificultar el desarrollo de la civilización humana. Y, como te digo, lo más trágico es el constatar que de forma irremediable vamos hacia un escenario diferente, hacia un mundo diferente.

En el último informe del IPCC, se decía que, aunque dejemos de emitir ahora mismo CO2, va a haber una serie de cambios que son irreversibles durante siglos o milenios. Es por la cantidad de gases de efecto invernadero y calor acumulado desde el inicio de la revolución industrial.

Entonces esos cambios van a ocurrir, por ejemplo, en la temperatura del océano, la acidificación de los océanos, el deshielo de las capas de hielo, o sea, el deshielo de Groenlandia o de la Antártida. Entonces, estos cambios van a ser irreversibles. O sea, vamos a vivirlo.

A lo mejor directamente nosotros no, pero las generaciones futuras, nuestros hijos o nuestros nietos van a empezar a ver eso, esa serie de cambios, pero esto no quiere decir que está todo perdido.

Pero sí, vamos hacia este escenario sí o sí. Pues ya está. ¿Seguimos como estamos? No. No quiere decir que esté todo perdido. Aún queda mucho por salvar. ¿Y eso cómo se hace? Pues impulsando dos ramas.

Una es la mitigación, es decir, la reducción de las emisiones de efecto invernadero, pero desde ya. Y la otra, la adaptación, porque, como digo, vamos hacia un nuevo escenario.

Entonces tenemos que plantear, por ejemplo, que las ciudades estén adaptadas a las olas de calor. Que las ciudades costeras vayan teniendo planificación para esa subida del nivel de las aguas…

P.: Una vez escrito el libro, incluso durante su creación, ¿qué sensación tenías o tienes después? Es decir, ¿no te pone en un estado mental de tristeza, viendo cómo ha evolucionado todo? ¿No te crea un poquito de ansiedad?

R.: Sí, eso es una cosa que también se habla mucho en los círculos de personas que trabajan con el tema de la crisis climática y demás… Se habla de la salud mental, de la sensación de que está todo perdido, de que vamos irremediablemente hacia un precipicio.

A mí me pasó un poco cuando escribía el libro y era mi sentimiento. De hecho, una de las cosas que más me impactó fue el darme cuenta del tema del blanqueamiento del coral que se produce por la acidificación de los océanos, porque el CO2 que liberamos se introduce en los océanos… Y por otro lado, también por el aumento de la temperatura. Se está destruyendo todo un ecosistema que es súper rico en biodiversidad.

Cuando leía sobre eso, la verdad que me apenaba, me ponía triste. Pero, por otro lado, creo que este reto lo tenemos que ganar con optimismo. No es que esté asegurado el éxito. No es que ya vamos a saber que esto va a solucionarse sí o sí, sino que el no solucionarlo, resulta inimaginable.

Entonces tenemos que ser optimistas, cabezotas. Tenemos que decir que esto se va a solucionar. Tenemos ser cabezotas y creer que las cosas se puedan cambiar.

P.: ¿Entiendes que haya negacionistas que rechacen la crisis climática, que surjan estos movimientos o que existan?

R.: El tema de los negacionistas es algo que de hecho quería tratar en el libro, porque es verdad que es como una historia paralela que se va produciendo conforme va naciendo el consenso científico.

Es una historia que sale desde la industria, de los combustibles fósiles, etcétera. Y de ciertos sectores políticos, pues empiezan a construir un relato para desprestigiar a la ciencia.

Lo quería meter en el libro. Pero al final se me quedaba demasiado largo y lo tuve que quitar, pero es una cosa que sí que me gusta, que me gustaría analizar en el futuro.

Venimos de una trayectoria en la que durante mucho tiempo se ha estado lanzando información errónea. O sea, bulos, mentiras intencionadas sobre el tema. Y yo generalmente suelo diferenciar dos opciones en cuanto al negacionismo climático.

Por un lado vemos lo que sería la falta de conocimiento. Vale, no podemos saber del todo. Yo, por ejemplo, no tengo ni idea de física cuántica. Entonces, no puedo opinar a al respecto. Entonces, hay personas que a lo mejor no tienen ese conocimiento y, de alguna forma, acaban cogiendo estos argumentos negacionistas.

Esta falta de conocimiento se disipa preguntando a las personas que saben y aceptando que he comprendido que no podemos saberlo todo. Pues vamos a acudir a las fuentes de las personas que saben y que nos lo expliquen.

Como leyendo mi libro o acudiendo a los medios de comunicación, a especialistas en el tema, de divulgación, etcétera.

Y después, por otro lado, como te digo, hay una parte del negacionismo que desarrolla una desinformación intencionada. Es una cuestión más turbia, porque hay ahí una intención de ir en contra de los hechos científicos.

Decía, un climatólogo, Michael Mann, que este tipo de personas que lanzan esa desinformación realmente no les interesa el debate científico. Les da igual tener o no tener pruebas de lo que están diciendo. Lo que realmente ellos quieren es dividir a la ciudadanía, crear esa confusión, crear esa duda.

P.: ¿Este discurso está politizado?

R.: Sí. En el momento en el que surgen emociones políticas que se desligan de las evidencias científicas… A los científicos eso no les gusta, pero al final en el momento en que surgen estas cuestiones el tema se acaba politizando.

La verdad es que es un tema bastante complejo que me gustaría plantear en alguna obra o algo en algún otro libro, otro proyecto, porque realmente es un tema que me da la impresión de que la sociedad no termina de entenderlo. Todo es en gran parte debido a toda esta desinformación, a todos estos bulos.

Barrio destruido por el paso de un huracán en Florida

P.: La gente del campo, los agricultores saben que están sufriendo el cambio climático… Están sufriendo y lo están viendo en sus carnes…

R.: Claro, es un reto. El reto del cambio climático es que hemos metido más energía en la atmósfera con el CO2, acumulamos energía en el sistema climático. Hemos metido mucha más energía en la Tierra. Todo eso va a hacer que los fenómenos que dependen del sistema climático, como las lluvias, etcétera… todo eso va a ir con mayor intensidad.

Todo ese escenario va a presionar hacia las sociedades humanas, desde todos los lados, desde la agricultura, desde la pesca. Por ejemplo ya se sabe porqué hay algunas especies de peces que están migrando hacia otras latitudes, hacia el norte. Entonces nos vamos a quedar con que no va a haber peces…

La agricultura se va a ver con cuestiones como la sequía o las plagas. Se sabe también que hay plagas de insectos que se ven favorecidas por el cambio climático.

Es una cuestión, muy, muy compleja. Por eso necesitamos esa información científica para poner esa base y después, bueno, el papel de los gobiernos es escuchar a todos los sectores de la sociedad y buscar soluciones. Soluciones que tengan base científica.