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Los zoólogos no salen de su asombro: confirman que los jabalíes dañan más los cultivos agrícolas en verano y otoño

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Los jabalíes son unos animales que llevan complicando la vida bastante timpo en muchas zonas del país. Aparecen sin aviso, entran en los cultivos y dañan las explotaciones agrícolas. Durante muchos años se ha hablado de campañas malas o de casos aislados, pero ahora se ha comprobado que hay una lógica y una rutina muy claras.

Un estudio ha analizado 9.871 casos de daños agrícolas causados por jabalíes a lo largo de más de 20 años, siempre en la misma área de unas 5.000 hectáreas y con una metodología constante. Esa continuidad ha permitido observar cómo actúan estos animales cuando el entorno no cambia. Y lo que aparece es un patrón estable, repetido y bastante predecible.

Los jabalíes dañan más los cultivos agrícolas en verano y otoño

El trabajo confirma que los jabalíes no entran en los campos de forma aleatoria. Ajustan su comportamiento al calendario agrícola y a la disponibilidad de alimento en cada estación. En primavera, cuando la población es más baja, buscan sobre todo praderas y pastos. Los episodios no son frecuentes, pero cuando ocurren suelen resultar muy destructivos, con grandes superficies levantadas en poco tiempo.

Con la llegada del verano, el escenario cambia. Los cereales pasan a ocupar el centro del interés. Trigos, cebadas y otros granos concentran gran parte de los daños. La población de jabalíes crece y eso se traduce en más incursiones, más avisos y más parcelas afectadas. No obstante, cada episodio suele ser menos grave que los registrados en primavera.

Al inicio del otoño, el foco se desplaza hacia las leguminosas. Más adelante, ya en la parte final de la estación, los cultivos de raíz se convierten en el principal objetivo. Es en este periodo cuando se acumula el mayor número de daños, coincidiendo con la mayor densidad de animales en el territorio.

Por qué es un patrón que los jabalíes repiten todos los años

La clave está en la estabilidad del entorno. Durante más de dos décadas, la estructura de los cultivos apenas ha variado. Parcelas pequeñas, tipos de cultivo similares y un calendario agrícola previsible. En ese contexto, los jabalíes han seguido siempre la misma lógica y entran en los cultivos que más alimento les aportan con menos esfuerzo.

En primavera, con menos competencia entre individuos, pueden concentrarse y causar daños severos. A medida que avanza el año y nacen nuevas camadas, la presión aumenta y el comportamiento se dispersa. Más animales implican más visitas a los campos, pero también un reparto mayor del daño. Esta secuencia se repite campaña tras campaña.

El estudio muestra que los jabalíes cambian de cultivo según la estación, no por azar. Cuando un alimento deja de interesarles, se desplazan al siguiente. Ese comportamiento se repite porque la oferta agrícola también se mantiene año tras año.

Cómo cambia la gestión de los jabalíes y qué implica para la salud animal

El estudio plantea un enfoque que cambia la forma de gestionar el problema. Cuando los daños se repiten en las mismas fechas, anticiparse resulta clave. Proteger determinados cultivos en los meses críticos funciona mejor que intervenir cuando el daño ya está hecho.

Además, el impacto no es sólo económico. La concentración de jabalíes en determinadas épocas incrementa los riesgos sanitarios. La peste porcina africana sigue presente como amenaza para la ganadería y encuentra en estas concentraciones un escenario propicio para su propagación.

Controlar poblaciones, reducir contactos innecesarios y anticipar los momentos de mayor riesgo ayuda a proteger tanto a los agricultores como al sector ganadero.