Naturaleza
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Ni España ni Portugal: éste es el país donde crece el árbol más fuerte del mundo

En distintos puntos de Sudamérica se alza una especie de árbol de gran porte que ha ganado fama internacional por producir una de las maderas más duras y duraderas que existen. Su solidez excepcional la convirtió durante décadas en un recurso muy codiciado, capaz de soportar condiciones extremas sin apenas deterioro.

Más allá de su valor económico, este árbol ha sido una pieza clave en la historia y el desarrollo de varios territorios, al tiempo que desempeña una función esencial en el entorno natural. Sus raíces ayudan a fijar el suelo, su copa ofrece protección y hábitat a numerosas especies, y su presencia contribuye al equilibrio del bosque nativo, convirtiéndolo en un verdadero pilar ecológico de la región.

Un árbol con una madera de gran resistencia

Estamos hablando del quebracho, un árbol emblemático del Chaco sudamericano, presente principalmente en Argentina y Paraguay, donde forma parte tanto del paisaje como de la historia económica y productiva de la región. Durante siglos, su madera se utilizó en durmientes de ferrocarril, postes, vigas y otras estructuras sometidas a gran peso y desgaste.

Su nombre, «quebracho», proviene de la expresión «quiebra-hacha», en alusión a la dureza extrema de su madera, que puede desgastar herramientas y resistir condiciones adversas durante décadas. Esta especie es notablemente longeva, llegando a vivir más de 150 años, y crece lentamente en suelos pobres y climas difíciles, caracterizados por altas temperaturas y sequías prolongadas.

Otros árboles de gran fortaleza

La resistencia de la madera se mide a través de la escala Janka, que determina la fuerza necesaria para hundir una esfera de acero en la madera, evaluando así su durabilidad y resistencia al desgaste. Cada especie cuenta su propia historia de fortaleza, y luego del quebracho, existen varios árboles en el mundo que destacan por la dureza de su madera. Entre ellos se encuentran el guayacán (Guaiacum officinale) de América del Sur, conocido por ser casi «más duro que el hierro»; el gidgee (Acacia cambagei) de Australia, famoso por su densidad; y el snakewood (Brosimum guianensis), cuya combinación de resistencia y belleza lo hace único.

Otros árboles que se ubican entre los más fuertes del planeta incluyen el vera o ibiocaí (Bulnesia arborea) de Sudamérica, con madera muy estable y rica en aceites naturales; la acacia erioloba o espina de camello de África; el granadillo negro (Dalbergia melanoxylon), utilizado en ebanistería fina e instrumentos; el palo de hierro (Krugiodendron ferreum) del Caribe; el katalox o wamara (Swartzia spp.) de México y Centroamérica; y el cebil (Anadenanthera colubrina) de Sudamérica, resistente a termitas y al desgaste, consolidando su lugar entre las maderas más duras y apreciadas del mundo.