Naturaleza
Día Mundial del Medio Ambiente

Cómo cuidar del medio ambiente dando una segunda vida al agua

‘Una sola Tierra’, ese es el lema que este 2022 protagoniza el Día Mundial del Medio Ambiente. El planeta es nuestro hogar y, por tanto, todos tenemos la responsabilidad de contribuir a que los recursos que nos brinda sean cuidados y, además, tomar consciencia de que son finitos.

Pero, además, uno de los elementos fundamentales de nuestro hábitat natural, sin duda, es el agua. El hecho de que sea un recurso imprescindible para la vida humana, animal y vegetal nos obliga a buscar la mejor manera de cuidarla y de consumirla de forma responsable y, además, a darle una segunda vida a través de una adecuada gestión.

Canal de Isabel II y su papel en la regeneración del agua

Canal de Isabel II, la empresa pública es la encargada de gestionar el ciclo urbano del agua en la Comunidad de Madrid, lleva trabajando desde 2007 en ambiciosos e innovadores procesos de regeneración de las aguas residuales para su posterior reutilización.

Darle una nueva vida al agua es una prioridad para Canal, y por eso, en este día dedicado al medio ambiente –una jornada establecida por la ONU en los años 70–, la empresa pública quiere poner en valor la importancia de la regeneración de agua para preservar el agua potable y, además, cuidar el entorno.

Canal de Isabel II transporta el agua residual procedente de viviendas y actividades urbanas e industriales a las estaciones depuradoras a través de la red de alcantarillado. Una vez allí, la somete a unos procesos biológicos, físicos y químicos que permiten devolverla a los ríos o arroyos en condiciones óptimas para el medio ambiente.

El proceso de depuración consigue eliminar desperdicios, grasas flotantes y, en general, todos los elementos gruesos que pueda contener el agua, además de los materiales decantables y la materia orgánica, de modo que el agua depurada vuelve a los ríos cumpliendo con todas las garantías de calidad.

Búsqueda de una mayor eficiencia a través de tratamientos adicionales

Sin embargo, la apuesta por lograr la mejor calidad de esta agua residual, Canal de Isabel II da un paso más y la somete a un tratamiento adicional conocido como tratamiento terciario. Concretamente, lo que hace este proceso es adecuar la calidad del agua depurada para que pueda emplearse en usos no relacionados con el consumo humano.

Esta agua regenerada sirve, entre otros aspectos, para el baldeo de calles, el riego de parques públicos o campos de golf e, incluso, para usos industriales. En este caso, por ejemplo, debemos destacar que la papelera International Paper produce papel reciclado a partir del agua reciclada que le suministra Canal de Isabel II desde el tratamiento terciario de Arroyo Culebro Cuenca Media-Alta.

Como vemos, por tanto, el agua regenerada adquiere un enorme valor añadido, ya que su producción contribuye al incremento neto de la disponibilidad de agua natural en la Comunidad de Madrid, al evitar que se consuma agua potable en riegos, usos industriales o baldeos, y convierte a la región en líder en la gestión de este recurso.

Desde que comenzara a producir agua regenerada en sus instalaciones en 2007, Canal de Isabel II ha ahorrado más de 160 millones de metros cúbicos de agua. Para que nos entendamos: el volumen equivalente al de cuatro de los cinco embalses que regulan la cuenca del Lozoya (Pinilla, Riosequillo, Puentes Viejas y El Villar).

33 plantas destinadas a producir agua regenerada

@Canal Isabel II

En este momento, Canal de Isabel II tiene 33 plantas para la producción de agua regenerada que distribuye a través de una red de más de 700 kilómetros. Es más, gracias a estas infraestructuras, en 2021 la compañía pública batió su récord histórico de suministro de agua regenerada para reutilización: 16,08 hectómetros cúbicos de agua regenerada para los 26 municipios madrileños que cuentan con este servicio, entre los que también se encuentra la capital, un 22 % más que en 2020.

Eso sí, desde la empresa pública quieren seguir evolucionando y tiene el objetivo de seguir ampliando las cifras de agua regenerada. Para ello, Canal de Isabel II está en contacto con otros ayuntamientos de la región madrileña con el fin de extender a ellos la red de agua reutilizada y, por consiguiente, aumentar el número de zonas suministradas.

Hoy en día, con el agua regenerada que produce Canal de Isabel II en sus 33 tratamientos terciarios se riegan 414 parques y zonas verdes de la Comunidad de Madrid, y 11 campos de golf. En total, alrededor de 3.000 hectáreas de terreno.

Cuidar de los ríos, un gran compromiso de la empresa

@Canal Isabel II

Pero ¿qué ocurre con los tratamientos terciarios cuando no se necesita tanta agua para regar o para limpiar las calles, esto es, fuera de los meses de primavera y verano?  Canal de Isabel II, además de gestionar el ciclo urbano del agua, tiene un marcado compromiso con el medio ambiente y el cuidado de las masas de agua de la Comunidad de Madrid, y por eso, la empresa pública lleva años apostando por aprovechar las posibilidades que el agua regenerada para, además de reducir el consumo de agua potable, mejorar la calidad ambiental de los cauces.

De este modo, desde 2017 Canal de Isabel II aprovecha al máximo su capacidad de producción de agua regenerada para verter a los ríos el agua con este tratamiento extra a la depuración tradicional. Gracias a esta iniciativa, el pasado año vertió 104,21 millones de metros cúbicos de agua regenerada a los ríos madrileños, lo que supone un 22 % del total de agua devuelta a los ríos tras pasar por las estaciones de depuración de agua residual.

Más de 120 hectómetros cúbicos han tenido nueva vida en 2021

En total, la producción de agua regenerada en Canal de Isabel II supuso en 2021 que más de 120 hectómetros cúbicos –prácticamente el volumen del embalse de Valmayor, el segundo mayor de la región– tuvieran una nueva vida y se pudieran usar para riegos, baldeos, así como para mejorar el medio ambiente.

En esta línea, destacamos, la apuesta por la regeneración de agua reporta beneficios medioambientales en una doble vertiente.  Por un lado, contribuye a mejorar la calidad de los ríos; y por el otro, alivia la presión sobre los embalses, contribuyendo a una gestión más racional y sostenible del agua potable.